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3 usos de la sal de Epsom en el cultivo de tomates Artículo Publicado el 07.05.2019 por Flavia

La sal de Epsom, también conocida como sulfato de magnesio, sal inglesa o sulfato magnésico, contiene aproximadamente un 10 por ciento de magnesio y un 13 por ciento de azufre. Es un fertilizante cristalino soluble en agua capaz de transportar el calcio a las partes superiores del tomate y facilitar la absorción de nutrientes básicos que precisa la planta tales como fósforo, azufre y nitrógeno. Sigue leyendo para aprender a usar la sal de Epsom en el cultivo de tomates.

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1. Sal de Epsom para tomates en macetas

Disuelve una cucharada de sal de Epsom en cuatro litros de agua. Riega tu cultivo de tomates en macetas con esta solución hasta que empiece a drenar por el fondo. Haz esto cada 3 a 4 semanas. De esta manera podrás aumentar la producción de frutas y obtener tomates muchos más sabrosos.

2. Sal de Epsom durante la siembra

Mientras trasplantas la plántula de tomate, pon una cucharada de sal de Epsom en el fondo del hoyo de la plantación y cubre con una capa de tierra. Antes de plantar asegúrate de que las raíces no toquen la sal de Epsom directamente. Esto evitará que las flores y el tallo se pudran.

3. Sal de Epsom durante la época de crecimiento

Si has plantado tomates en el suelo, después de plantar hasta la cosecha, rocía con una solución de dos cucharadas de sal de Epsom mezclada en cuatro litros de agua mes a mes durante la época de crecimiento. Esto fomentará el crecimiento de la planta, endurecerá la piel del tomate y la hará más roja y evitará la pudrición de la flor.

Sugerencia: realiza una prueba de suelo antes de usar este o cualquier otro fertilizante, ya que el exceso de nutrición puede llegar a ocasionar un desequilibrio nutricional.


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