Acebuche: un olivo silvestre Artículo Publicado el 10.09.2014 por Carolina
Su nombre científico es Olea europaea var. sylvestris, auque popularmente se le conoce como acebuche. También se le conoce como olivo silvestre u olivo borde. Es un árbol perenne, de unos diez metros de altura, que puebla los bosques y sierras del sur de Europa, aunque sus ejemplares se distribuyen por toda la cuenca mediterránea.
El tronco del acebuche es liso y de colores gris o pardo, muy similar al de los olivos con quienes está emparentado. Su copa presenta una forma redondeada y ancha. El acebuche crece, primero, en altura; y luego extiende sus ramas impidiendo que la luz llegue a todas ellas. Por esta razón las hojas de las ramas bajas son más oscuras que las que encontramos en el resto del árbol.
Sus hojas tienen ovalada, son de color verde oscuro por el haz y pálidas por el envés, creciendo opuestas en las ramas. A diferencia de otros árboles, sus hojas se emplean para elaborar productos medicinales. En este sentido destaca sus propiedades para disminuir la presión sanguínea y su carácter hipoglucemiante.
Florece en primavera produciendo ejemplares hermafroditas, que se disponen en panículas axilares. Su corola es de color blanco. Su fruto es la acebuchina, semejante a la aceituna aunque de un tamaño menor.
El acebuche es capaz de sobrevivir en todo tipo de terrenos, aunque prefiere los suelos ricos y calizos. Aguanta bien el calor, aunque es muy sensible al frío, especialmente a las heladas.
Se reproduce por semillas aunque es muy complicado conseguirlo en viveros. De hecho, por lo general, la mayoría de los olivos silvestres provienen de olivares próximos. En ellos los olivos producidos a partir de semillas, son «bordes», es decir, no son aptos para la producción de aceituna, razón por la que deben injertarse. Al estar localizados fuera del olivar no se someten a ese proceso convirtiéndose en acebuches.
Se diferencia del olivo en muchas aspectos, aunque los dos principales son: su aspecto, que es más arbustivo y el hecho de poseer muchas espinas en sus ramas
Su principal uso es para procurar la alimentación del ganado, que gusta de comer sus frutos cuando llega el otoño. También se alimentan de ellos las aves que encuentran en ellas una fuente de materia grasa con las que poder hacer frente al invierno o a las migraciones.
Es frecuente, además, su uso como árbol ornamental en parques y jardines. Incluso hay quienes han obtenido bonitos ejemplares de bonsái a partir de ejemplares jóvenes.
Su presencia en Europa es antigua pues ya a los vencedores de los juegos olímpicos en se les coronaba con ramas de acebuche.
En la actualidad, el acebuche se emplea para repoblar masas forestales que han sucumbido al fuego a alguna plaga, ya que son más resistentes que otras variedades de olivo tradicional. Se trata de un árbol de gran longevidad que puede llegar a vivir más cien años.
Fotos: juntadeandalucia.es