Árboles: el algarrobo europeo Artículo Publicado el 24.11.2014 por Carolina
El algarrobo europeo o Ceratonia siliqua es un árbol perteneciente a la familia de las fabáceas propio de la cuenca mediterránea. Es de porte grande alcanzando, por lo general, los seis metros de altura, aunque hay ejemplares que pueden llegar a los diez metros.
Se trata de un árbol no excesivamente frondoso, con hojas perennes de color verde intenso y un tronco duro que puede ser solitario o componerse de varios troncos divergentes. Su madera se emplea como combustible y para la construcción de elementos de infraestructura rural.
Las flores del algarrobo son rojas, pequeñas, se agrupan en e agrupan en racimos cortos y no tienen pétalos.
Su fruto es la algarroba también conocía con el nombre de garrofa. La algarroba es una vaina de color castaño, con una pulpa gomosa de sabor dulce en su interior que rodea las semillas. Esta vaina es comestible y se emplea para cocinar y para alimentar al ganado durante el invierno. De hecho, las vainas de la algarroba se emplean para preparar un sucedáneo del chocolate llamado carob, ingrediente muy utilizado en alimentos dietéticos.
La reproducción del algarrobo se produce, principalmente, por semillas. Sin embargo, esta operación no es sencilla pues requiere que antes se desprenda la capa dura que las envuelve. Una vez que esta protección se rompe, las semillas se hidratan con rapidez y germinan rápidamente.
Las semillas que no se utilizan para el cultivo de otros ejemplares se destinan a la producción de la goma de garrofín, un espesante natural que se utiliza en la elaboración de helados, salsas y productos lácteos.
Si queremos plantar uno en maceta o en nuestro jardín, debemos escoger un espacio en el que el terreno sea calcáreo y drene bien.
El algarrobo necesita la luz solar por lo que debemos plantarlo en una zona bien iluminada. Resiste bien los cambios de temperatura, aunque prefiere el clima templado y no responde bien a las fuertes heladas.
El riego debe ser frecuente el verano o en periodos de sequía, pero no es necesario durante el resto del año ya que le basta el agua que le llega de la lluvia o la que toma del subsuelo.
Se trata de un árbol de crecimiento y desarrollo lento que no comienza a producir hasta superar los cinco años de edad. Su pleno desarrollo lo consigue cuando alcanza los quince o veinte años. Su presencia en la historia de la humanidad es constante aunque no está documentada. De hecho, el tamaño y peso uniformes de las semillas del algarrobo se utilizaron como patrón original del quilate, la unidad de peso que se emplea en el ámbito de la joyería.
Hermoso ejemplar…necesita la luz solar…y tarda bastantes años en crecer…