Árboles frutales: el cerezo Artículo Publicado el 20.09.2014 por Carolina

El cerezo es un árbol de la familia de las rosáceas, de origen mediterráneo, que producen una fruta muy apreciada para el consumo humano. Se trata de un frutal de gran porte que alcanza los ocho metros de altura. Sus hojas son caducas. Sus flores nacen con la llegada del buen tiempo, en pequeños grupos, son hermafroditas y tienen un olor suave. Su fruto se denomina cereza y aparece en pequeñas cosechan cada dos o tres años. En este sentido hay que decir, además, que las cerezas maduran desde el final de la primavera hasta el inicio del verano.

El momento de la recolección se concentra en unas pocas semanas y solo debe realizarse cuando la cereza adquiere un color rojo brillante. En una misma temporada podemos recoger dos o tres cosechas, dependiendo de la variedad de cerezo y de las condiciones ambientales que le rodeen.

Las cerezas se usan, principalmente, para elaborar mermeladas, aunque eso depende del tipo de cereza del que se trate. En el mercado podemos encontrar cerezos y cerezas de las siguientes variedades:

• Cereza Napoleón: dulces y rojas.
• Cereza Tártara: de color negro y de sabor meloso.
• Cereza Ambrunesa: crujientes y dulces.
• Cereza Burlat: de pulpa roja, carne jugosa y de gusto azucarado.
• Cerezas agrias: oscuras, de tallos cortos y empleadas para la elaboración de licores o para conserva. Se conocen popularmente como guindas y cuenta con variedades en sí mismas. Las más conocidas son: Morello, Montmorency y Richmond.

Si vamos a plantar un cerezo en nuestro jardín debemos tener en cuenta:

• El suelo debe ser rico en materia orgánica y estar drenado. También le son favorables los suelos ligeramente calizos, frescos y de secano.
• La planta debe estar orientada hacia el sol, pues requiere mucha luz, pero no soporta bien las altas temperaturas.
• Se puede obtener una planta a partir de una semilla, pero es un proceso lento. Lo más recomendable es adquirir un árbol joven o un esqueje procedente de un injerto.
• Se debe plantar en invierno y debemos agregar abono a la tierra en la que se encuentre para que pueda desarrollar sus raíces sin problemas. En este abono debe haber, sobre todo, nitrógeno.
• El cerezo es un frutal que aguanta bien los períodos de sequía. No es necesario que lo reguemos de forma diaria.
• Debe podarse una vez al año, generalmente en el otoño, antes de que se produzca la caída de la hoja.
• La zona en la que vayamos a ubicar el cerezo debe estar libre de pájaros ya que se comerán los frutos antes de que puedas recogerlos.
• A medida que van creciendo necesitarán más espacio, por lo que debes asegurarte de que tiene libertad para desarrollarse hacia los lados. En este sentido hay que destacar que, durante los cinco primeros años de vida del árbol, el suelo debe permanecer desnudo.
• Los males ante los que se muestra más sensible son: el pulgón negro y el mal de plomo. Los primeros hacen que las hojas del cerezo se ricen y hay que tratarlos con algún compuesto específico. El segundo, el mal de plomo, es una enfermedad que causa un hongo y que vive sobre la madera muerta. Para evitarlo debemos podar bien nuestro ejemplar de cerezo y pintar las heridas del tronco.

Existe un tipo de cerezo que solo tiene valor ornamental. Son cerezos que tienen los estambres cambiados por pétalos adicionales, por lo que no producen cosechas. Son los cerezos que protagonizan la fiesta anual Hanami en Japón.

Fotos: morguefile.com ; miradasocialbierzo.blogspot.com ; elnougarden.com