Árboles frutales: el ciruelo europeo Artículo Publicado el 17.10.2014 por Carolina
El Prunus domestica o ciruelo es un árbol frutal de pequeño tamaño, perteneciente a la familia de las rosáceas, que presenta múltiples variedades. Es originario del Oriente Próximo, en concreto de las zonas del Caúcaso, Anatolina y Persia.
Además de ciruelo, este árbol se conoce con los nombres de: cerollero, ciruelero, zervellera, cirolero, prunero, zirgüellera, pruno y zirgollera, entre otros. Este árbol frutal es de tamaño medio y en edad adulta alcanza los siete metros de altura. Su tronco tiene una corteza de color pardo o azulada, brillante y, a veces, agrietada longitudinalmente.
La corola del ciruelo se compone de ramas alternas, de pequeño tamaño, delgadas, unas veces lisas y otras vellosas. Cuando son jóvenes, estas ramas son muy frágiles por lo que debemos de protegerlas de los vientos fuertes y de las heladas severas.
Las hojas del ciruelo son caducadas, de color rojizo brillante, tienen forma elíptica y están aserradas por los bordes.
El fruto del ciruelo es la ciruela, una drupa redonda, comestible, de sabor dulce que puede adquirir dos colores: morado o amarillento. En su interior contiene un hueso que alberga las semillas (generalmente dos) de la planta. En muchas ocasiones la piel del fruto está cubierta por una capa blanquecina que lo protege.
La producción de ciruelas se aprovecha en diferentes sectores. Así, su fruta se usa como laxante natural, el aceite de su semilla como alimento y con su fruta de hace un licor de alta gradación.
A pesar de la gran cantidad de variedades que existen de ciruelos se habla de dos grandes grupos: las europeas (Prunus doméstica) y las asiáticas (Prunus salicina). Estas segundas son las que más se cultivan. Las razones de esta preferencia estriban en que las variedades asiáticas no necesitan frío y crecen de manera más rápida.
Los ciruelos se reproducen por semillas, esquejes o vástagos que podemos plantar en cualquier tipo de suelo. La técnica más empleada es la de reproducción por esquejes.
Los ciruelos son frutales que aguantan bien la tierra caliza, la humedad (no en exceso) y los terrenos compactos. A diferencia de otros frutales, además, pueden vivir en terrenos con poca profundidad.
No requiere mucha agua y soporta bien los tiempos de sequía o el frío, aunque prefiere los climas templados.
Podemos utilizar las semillas de un fruto que nos hayamos comido y del que hayamos disfrutado, pero su capacidad germinativa dura alrededor de un mes, por lo que debemos plantarla lo antes posible.
Es muy sensible a las siguientes plagas: pulgones, barrenillos, piojo de San José y la mosca de la fruta. Ante la aparición de cualquiera de ellos debemos tomar las medidas oportunas para que no acaben con la vida del árbol.
Fotos: morguefile.com