Árboles frutales: el granado Artículo Publicado el 11.10.2014 por Carolina

El Punica granatum o granado es un arbusto o árbol frutal de pequeña envergadura (alcanza los cinco metros de altura) que se encuentra en Asia, en los países de la cuenca mediterránea, todo el continente americano e incluso Australia.

El granado es un árbol originario del continente asiático, en concreto de la zona comprendida entre Irán y la India. En estas zonas se han encontrado documentos que dejan constancia del cultivo del granado desde hace más de cinco mil años. En esta zona, además, se encuentran actualmente los primeros productores del mundo de granada fresca.

En algunas zonas se conoce con los siguientes nombres: almegranas, mangranero, mollar, balustia o cagines. Su tronco nace recto pero se va retorciendo a medida que crece, puede alcanzar los seis metros y tiene la corteza rojiza resquebrajada. La parte superior del árbol se compone de muchas ramas distribuidas de manera opuesta entre ellas. Sus hojas son caducas, lanceoladas, oblongas y de un color verde amarillento.

El granado florece una vez año en los meses de primavera produciendo unos ejemplares solitarios, hermafroditas, de gran tamaño y color rojo intenso.

Su fruto es la granada, una baya protegida por una fuerte coraza que protege su carne interior y prolonga de la fruta durante días. Esta cualidad hizo que, desde la antigüedad, los pueblos que vivían o se movían por el desierto, la considerasen imprescindible pues les permitía poder transportarlas sin que se vieran afectadas por golpes o calor.

La granada es de color rojo intenso y se puede consumir cruda o preparar con ellas sorbetes, bebidas y jarabes.

No todos los granados son iguales por lo que debemos escoger entre los tres más comunes que son los siguientes:

• Granado común: cuyos frutos son dulces.
• Granado agrio: cuyas flores se emplean en ornamentación.
• Granado de frutos sin pepita: Solo se produce en Oriente Medio.

Para cultivar el granado debemos tener en cuenta las siguientes indicaciones:

• Prefiere los climas secos y húmedos, por eso crecen con fuerza en zonas subtropicales y tropicales.
• El granado requiere mucha agua, aunque soporta bien la sequía.
• El suelo ideal para cultivar el granado es ligero, profundo, permeable y fresco. No le afectan la alcalinidad o la acidez del suelo.
• La reproducción del granado se realiza por semillas, estacas, acodos, injertos o retoños del pie del árbol.
• El granado es muy apreciado, también, como árbol ornamental ya que sus flores y la forma de sus frutos son de gran belleza. Incluso es frecuente su empleo entre quienes cultivan siguiendo la técnica bonsái.

Su presencia en la vida cotidiana de las personas ha dejado algunos datos curiosos. Muestra de ello es, por ejemplo, que los faraones egipcios se enterraban con granadas en sus cámaras mortuorias,  que los babilonios masticaran sus granos antes de acudir al campo de batalla porque creían que esto les hacía invencibles o que su cáliz en forma de corona fuera lo que inspiró al pueblo judío para diseñar estos primeros ornamentos para las cabezas de los reyes y emperadores.

Fotos: morguefile.com ; viverolosvinedos.com