Árboles frutales: Mandarino Artículo Publicado el 02.10.2014 por Carolina

Se trata de un árbol del género Cytrus incluido en la familia de las Rutáceas. Originario de Asia, el mandarino es un árbol muy popular y conocido en todo el mundo porque sus frutos contienen mucha vitamina C y ácido cítrico.

Se trata de un árbol pequeño que no suele sobrepasar los ocho metros de altura. Su corola en forma circular está compuesta por hojas estrecha, unifoliadas y con sistema nervioso reticulado.
Florece una vez al año produciendo unas aromáticas flores.

Su fruto es la mandarina, una pequeña esfera parecida a la naranja –aunque de menor tamaño- que debe su nombre a que su color (en naranja) era el color que utilizaban los gobernantes en la antigua China.

La mandarina es una fruta dulce, aromática, carnosa y con una piel blanda que se puede retirar con facilidad. Su maduración se produce durante los meses de otoño e invierno.

Existen diferentes tipos de mandarinos que presentan características que debemos conocer antes de decantarnos por uno u otro. Las más populares son las siguientes:

• Okitsu: se trata de un árbol fuerte, originario de Japón, que presenta espinas en los brotes que ofrece un fruto grande y achatado de muy buena calidad.
• Owari: árbol de ramas largas y gran número de hojas. Su fruto es mediano y contiene mucho zumo
• Clausellina: es un árbol tierno, con un fruto grande pero de peor calidad. Su principal atractivo es que su maduración es precoz y se puede comenzar a recolectar a principios de otoño.
• Clementina Fina: es un árbol fuerte, con hojas verdes de forma redondeada. Su fruto es de pequeño o medio, de corteza fina de color naranja intenso y extraordinaria calidad.
• Oroval: son ejemplares robustos, con muchas ramas verticales, algunas espinas y hojas de color verde intenso. La corteza del fruto es granulosa y delgada, por lo que resulta fácil de pelar.

Dado su tamaño y el gusto de sus frutos, es habitual encontrarlo en jardines urbanos y macetas. Si estamos pensando en sembrar uno debemos tener en cuenta las siguientes afirmaciones:

• Para su cultivo, el mandarino requiere suelos ligeramente ácidos, bien drenados, ricos en nitrógenos y en potasio, y no arcillosos. No crecen bien en suelos salinos.
• La zona en la que vayamos a ubicarlo debe estar al sol, ya que requiere calor y luz para su correcto desarrollo.
• En agujero en el que vayamos a plantar nuestro pequeño mandarino debe ser profundo para facilitar el anclaje de raíces y tronco.
• Con la llegada del frío debemos protegerlo de las heladas constantes (no soporta bien las temperaturas bajo cero) y los vientos del norte. Si no lo hacemos la calidad de sus frutos decaerá notablemente.
• Hay que abonarlos periódicamente para aportar los nutrientes que le vayan haciendo falta y que dependerán de que el ejemplar se encuentre en una etapa de crecimiento, floración o esté produciendo frutos.
• Requiere humedad constante por lo que deberemos aportarle gran cantidad de agua. Durante el verano estos riegos deben ser diarios.
• Es muy sensible al ataque de las siguientes plagas: Phyllocnistis citrella (denominado también minador de los cítricos), mosca blanca, cochinillas, mosca de la fruta, pulgones y la polilla de los cítricos. Cualquiera de ellos puede matar al árbol.