Cola de caballo: una planta con muchos beneficios Artículo Publicado el 24.01.2015 por Carolina

Su nombre científico es equisetum arvense que traducido del latín viene a ser cola de caballo. Popularmente se conoce como equiseto y equiseto menor. Es posible encontrarla por todo el mundo excepto en Australia, Nueva Zelanda y la Antártida. Pueden ser terrestres o acuáticas.

La cola de caballo es una planta rizotamosa, de tallo recto y hueco de color marrón que suele alcanzar los 60 centímetros de altura. Tiene dos tipos de tallos: unos estériles y otros fértiles. Los tallos fértiles que crecen en los laterales de la planta y que se parecen a un espárrago. Estos, además, terminan en unas pequeñas formas ovoides que contienen las esporas con las que la planta se multiplicará posteriormente. Sus tallos pueden llegar a medir ocho metros de altura, aunque lo normal es que no superen el metro de longitud.

Sus hojas son unos delgados microfilos que le dan ese aspecto similar a los cabellos de un animal.

Esta planta suele encontrase con facilidad junto a los ríos e incluso crecer a la vera de paredes húmedas. Suele crecer de manera vertical, en forma de columnas verdes. Según los investigadores son plantas primitivas que están emparentadas con los helechos.

Los tallos estériles de la planta están muy valorados en farmacología ya que poseen propiedades medicinales. Para poder beneficiarse de ellas deben recogerse durante el verano y dejar que se sequen al sol. Suele tomarse en infusiones.

Si queremos plantarla en nuestro jardín a través de ejemplares extraídos de otras colas de caballo. Debemos colocarlas en suelos ácidos y bien drenados. Además, requiere mucha humedad, por lo que debemos regarla de manera constante.

La cola de caballo suele utilizarse para el tratamiento de las siguientes enfermedades o trastornos: problemas de retención de líquidos, hemorragias, para reparar tejidos óseos (por su alto contenido en silicio, que ayuda a fijar el calcio del hueso), para prevenir la calvicie, fortalecer las uñas, tratar enfermedades de la piel, para disminuir la tensión ocular y para aliviar las inflamaciones de los genitales femeninos. En cualquier caso, debemos tener cuidado, pues solo es equisetum arvense posee propiedades medicinales. Otras variedades (como, por ejemplo, el equisetum palustre) pueden ser venenosas o bien ocasionarnos muchos problemas.

En agricultura suele emplearse para combatir plagas en cultivos. Es especialmente eficaz cuando se combina con puré de ortigas.

A lo largo de la historia, además, se ha empleado para fabricar silbatos, como ingrediente de productos de higiene como: los champús del cabello y diferentes cosméticos. Incluso se ha empleado como papel de lija.

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