Cómo crear un jardín curativo Artículo Publicado el 16.03.2022 por Flavia
En el siglo XIX, los médicos, los monjes y los jardineros domésticos solían nombrar a los jardines de plantas medicinales cultivados por ellos como “physick”. Si quieres continuar con la tradición en casa, solo tendrás que invertir en semillas o plántulas y tiempo. Simplemente escoge un sitio soleado con un suelo rico y tendrás un hermoso jardín curativo.
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Salvia
La salvia es una planta perenne, cuyo nombre significa “curar”. Es ideal para aliviar inflamación en la boca y en la garganta. El cultivo de la salvia a partir de semillas puede demorar entre un año y un año y medio para madurar y producir muchas hojas para recolectar. No obstante, si decides hacerlo así, es importante que compres tierra esterilizada, dado que esta no contiene semillas de maleza.
Siembra de tres a cuatro semillas de salvia por maceta individual y riega cada dos días. Un mes después y siempre que haya pasado la última helada, trasplanta las plántulas a sus sitios finales. Si eres un jardinero principiante, te aconsejo comprar una planta pequeña y propagar la misma a través de esquejes.
La salvia florece normalmente dos veces al año y sus hojas son más deliciosas si se cultivan a pleno sol. Sin embargo, puede que precisen sombra al mediodía en algunas áreas cálidas.
Algunas variedades pueden precisar un soporte, ya que en ocasiones pueden superar los 70 cm de altura.
Manzanilla
La manzanilla es una planta anual. Usa sus cabezas florales para preparar ungüentos e infusiones para aliviar indigestiones y ansiedad. Para cultivar la manzanilla, precisarás de 8 a 10 semillas y luz natural, pero no directo. Entierra las semillas en un recipiente con sustrato y mantén la humedad hasta que germine. Riega hasta obtener entre 5 a 7 hojas. Trasplanta a su sitio de cultivo definitivo.
Albahaca
La albahaca es una planta anual ideal para la falta de apetito, las flatulencias, los cortes y las raspaduras. Prepara los semilleros con mantillo vegetal humedecido y coloca una o dos semillas por semillero, cubriendo con un poco de tierra.
Después, cubre el semillero con papel transparente para que la tierra se mantenga húmeda y deja el semillero en el alfeizar de una ventana que reciba sol.
Rocía con agua una o dos veces al día. Cuando veas que comienzan a aparecer las hojas, retira el papel y continúa humedeciendo a diario hasta que hayan crecido las plántulas y las puedas trasplantar a la maceta definitiva.
Perejil
El perejil es una planta bienal repleta de nutrientes y es perfecta para las flatulencias y el mal aliento. Cultiva en maceta o a través de siembra directa en terreno. Si lo vas a hacer en macetas, ten un recipiente de al menos cinco litros de capacidad, dado que el perejil suele crecer rápidamente y, una vez cortado, se regenera.
Antes de sembrar, mantén las semillas en remojo durante un día completo. Entierra las semillas, no más de dos por contenedor y coloca el semillero en un lugar cuya temperatura oscile entre los 18 y los 22 ºC.
Mantén la humedad hasta su germinación en semisombra. Cuando tenga al menos unos 10 centímetros de alto y dos o tres hojas, trasplanta a un lugar definitivo dejando unos 25 cm entre plantas. A partir de allí, podrás llevar la planta a pleno sol.
Hierba de San Juan
La hierba de San Juan es una de las hierbas que no podrían faltar en tu jardín curativo. Para plantar simplemente tendrás que seguir la misma técnica que con otros arbustos, es decir, crear un agujero en la tierra, dos a tres veces más grande que el cepellón. Luego, agrega un poco de compost y cubre las raíces con tierra de jardín. Riega con mucha agua y cubre el pie de la hierba de San Juan con una capa de mantillo orgánico.
El cultivo debe realizarse por la tarde, cuando el sol no esté dando directamente en el lugar. Esta planta es conocida por sus virtudes medicinales, dado que se usa para tratar la depresión y los trastornos del estado de ánimo. En la Edad Media, se la solía llamar “casa del diablo”. Su aceite se usa para combatir y/o aliviar, escaras, acné, quemaduras, etcétera.