Cómo cultivar canela Artículo Publicado el 09.04.2015 por Javi

La canela es una especia muy conocida por sus usos culinarios pero sin embargo casi nunca se cultiva en los entornos doméstico ordinarios tanto de interior como de exterior. El árbol de la canela es propio de zonas cálidas y húmedas, se cultiva sobre todo en Sri Lanka y la India. Pero podemos cultivar nuestro propio árbol de la canela en casa, tanto en una maceta en interior como si vivimos en una zona cálida también en exterior.

Aunque en su hábitat natural puede alcanzar alturas considerables de hasta 10-15 metros en casa podemos cultivarlo como un pequeño arbusto. Podemos podarlo para mantenerlo a una altura de 120 centímetros sin ningún problema o dejarlo crecer más hasta duplicar esa medida, posiblemente será la máxima altura que pueda tomar.

Resulta muy decorativo con sus hojas puntiagudas de un verde brillante que contrastan con el marrón grisáceo de la corteza. Produce pequeñas flores blancas o amarillentas en verano que después se transformarán en bayas de color negro purpúreo que no son comestibles pero contienen las semillas del árbol. Todo el árbol es muy aromático con lo que resultará muy agradable allá donde lo cultivemos.

Necesitará un terreno suelto, arenoso y con buen drenaje pero muy rico en materia orgánica. Una mezcla de tierra ácida con musgo Sphagnum y perlita también le puede ir muy bien. Como crece en zonas muy lluviosas tendremos que vigilar mucho el aporte hídrico del árbol. La fertilización se hará en el periodo de crecimiento, de invierno a otoño, de forma mensual o quincenal y con dosis moderadas. Hemos de buscarle un lugar en la casa que sea muy luminoso pero sin que le dé el sol directamente.

Lo que aprovecharemos será la corteza y para ello hemos de cortar las ramas en trozos de unos 7-8 centímetros. Elegiremos para ello normalmente las ramas jóvenes aunque para ciertos usos también se pueden cortar ramas más viejas. Se hace un corte longitudinal a lo largo del trozo de rama cortado y se quita la corteza. La de las ramas jóvenes es más fácil de retirar que la de las ramas más viejas. Dejaremos secar las cortezas en un lugar cálido y aireado como por ejemplo la encimera de la cocina.