Cómo cultivar el jardín de rosas de tus sueños Artículo Publicado el 05.12.2018 por Flavia
Antes de cultivar el jardín de rosas debes preguntarte para qué lo quieres. Hay muchísimos tipos de rosas y algunas de ellas florecen durante todo el año, mientras que otras solo lo hacen una vez, así que si buscas llenar tu jardín con rosas frescas, entonces querrás tener rosas que florezcan más de una vez al año. Por otro lado, si deseas que tu jardín tenga una agradable fragancia, tendrás que plantar rosas perfumadas. Sigue leyendo para saber cómo cultivar el jardín de rosas de tus sueños.
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Las rosas tienen necesidades y si no te encuentras preparado para satisfacerlas, debes que plantar otros géneros. Estas necesidades incluyen lo siguiente:
- Mucha luz solar. Las rosas precisan un lugar expuesto al sol durante seis horas por día menos durante las horas más duras que, generalmente, suele ser entre las 12 am y las 14 pm. Incluso a las que prefieren la sombra, les hace bien estar al sol directo.
- Suelo drenado. Aunque a las rosas les gusta la humedad, no querrán permanecer sobre el suelo mojado, por lo que este debe estar bien drenado.
- Tierra fértil. A las rosas les encantan los suelos fértiles que contengan materia orgánica, como hojas cortadas, estiércol de vaca, etcétera.
- Buena circulación de aire. Para cultivar el jardín de rosas de tus sueños tienes que encontrar un lugar abierto a la brisa.
- Espacio apropiado. Comprueba hasta cuánto crecerán, tanto sea de alto como de ancho, para asegurarte de tener espacio suficiente para ellas.
Suelo
Las rosas prefieren un suelo fértil y bien drenado, por lo que tienes que asegurarte de adicionarle una buena cantidad de materia orgánica como lombrices de tierra, por ejemplo. Cava un hoyo de al menos tres veces el ancho de las rosas que vas a plantar y mezcla la mitad del suelo con la materia orgánica y usa como relleno.
Plantación
- El mejor momento para plantar las rosas es a mediados o finales de la primavera.
- Aunque la siembra representa una pequeña fracción del tiempo que vas a pasar cuidando de tus rosas, es importante hacerlo correctamente. Después de escoger el sitio en donde las ubicarás, preparar el suelo y comprar las plantas más sanas que puedas encontrar, hay que asegurarse de cortar las hojas muertas y las raíces descompuestas, remojar las raíces en agua durante toda la noche y cavar un agujero del doble de ancho que el sistema o bola de raíces y no más profundo que la longitud del mismo más la unión del injerto (en caso de que sea una rosa injertada).
- Aunque si los inviernos son muy fríos, la unión del injerto tiene que quedar por debajo del nivel del suelo (hasta 5 cm) y, para los climas más cálidos, la unión del injerto debe estar por encima del nivel del suelo.
- Para las rosas de raíz desnuda extiende las raíces de manera uniforme en el hoyo de plantación; para las rosas de contenedor, afloja las raíces, sobre todo las que circundan alrededor del fondo del contenedor.
- Después de poner las raíces en el hoyo, rellena con tierra, apisonándola suavemente a medida que vas retirando las bolsas de aire, pues estas matan las raíces. Coge un podo del suelo y forma un montículo sobre la planta para proteger los tallos del rosal y evitar que se sequen. En dos semanas aparecerán los brotes nuevos, momento en el que habrá que quitar el montículo de tierra.
- Riega a fondo, llenando el foso varias veces para asegurarse de que el sistema radicular se encuentre mojado.
Riego
Después de la siembra, continúa hidratando las raíces (evitando mojar el follaje), especialmente cuando empiecen a florecer. El riego por goteo o el riego a mano con cuidado funcionan bien. Riega por la mañana para prevenir hongos.
Aireación
Con el tiempo el suelo tiende a compactarse, lo que dificulta la absorción del agua y de los nutrientes. Por tanto, airea el suelo. Para ello, toma una horquilla y afloja el suelo con cuidado para no dañar las raíces.
Fertilización y plagas
- Utiliza un fertilizante orgánico de liberación lenta en primavera y, luego, una vez al mes para disfrutar de unas flores bonitas.
- Las rosas son susceptibles a una gran cantidad de insectos y enfermedades. La solución requiere una fumigación frecuente, pero esto asusta a muchos jardineros principiantes. Afortunadamente hay varias soluciones naturales y orgánicas como el aceite de neem que controla a muchas de las plagas de las rosas como los ácaros, los escarabajos, entre otras. También previene enfermedades comunes de las rosas como el mildiu.
- Rocíalo sobre las hojas no sobre las flores porque el aceite de neem es tóxico para las abejas.
- La plantación del ajo cerca de las rosas es otra forma de controlar las plagas.
Poda
- Remueve las flores muertas para alentar a las nuevas a prepararse para el invierno.
- Poda todas las ramas muertas en primavera, sumergiendo las tijeras en una solución compuesta por ocho partes de agua, dos partes de lejía y un par de gotas de detergente líquido para platos. Esteriliza las herramientas entre cortes para evitar la propagación de enfermedades.
Cuidados en otoño e invierno
En otoño no fertilices ni podes las rosas. Recoge la mayor cantidad de hojas caídas y agrega mantillo en la parte superior del suelo antes de que llegue el invierno para protegerlas del frío.