Cómo injertar una camelia Artículo Publicado el 07.11.2012 por Javi

Suponga que tiene usted una camelia que no le gusta pero está sana y dispone de un buen sistema de raíces. Dispone entonces de una base perfecta para realizar un injerto de alguna variedad de camelia que le resulte atractiva. En este ejemplo que presentamos ocurrió algo así, el autor compró una camelia mal etiquetada que no se correspondía con lo que el creía. Pero estaba fuerte y sana, así que la usó para realizar un injerto de la rara Camellia x hiemalis «Dwarf Shishi».

Para realizar un injerto se precisa un material mínimo para realizar la operación con éxito. En la foto de arriba puede ver las herramientas y el material que usó el autor de este injerto. Es importante que las herramientas de corte estén esterilizadas, podemos usar para ello un desinfectante de amplio espectro. También debemos usar guantes de látex para realizar la operación.

El primer paso consiste en podar la camelia receptora y realizar acto seguido una hendidura, con una cuchilla y el martillo, en el centro del tronco o rama.

Con el destornillador ensanchamos un poco más la hendidura, a fin de tener espacio suficiente para introducir los vástagos. Lo dejaremos insertado a modo de separador para que nos facilite la introducción de los vástagos.

Preparamos los vástagos de la nueva variedad, podemos observar que han sido cortados en bisel unos centímetros por debajo de la hoja.

Cortamos el extremo de los vástagos tal como vemos en la imagen superior, por ambos lados formando una cuña que nos permitirá introducirlos mejor en la hendidura de la receptora y al mismo tiempo ofrecerá mayor superficie de contacto entre ambas.

Insertamos los vástagos y retiramos con cuidado el destornillador que hemos usado como palanca para mantener abierta la herida del tronco receptor. A continuación espolvoreamos con polvo de hormonas de enraizamiento abundantemente. En realidad la hormona como tal probablemente no tendrá efecto en esta ocasión pero contiene fungicida y éste previene la pudrición.

Se puede observar un tercer vástago, éste se ha introducido con otra técnica de injerto consistente en levantar la corteza sin cortar la madera del tronco. Del mismo modo que en la anterior técnica, el vástago ha de tener la mayor superficie de contacto posible. Atamos todo el conjunto con unas gomas o cintas de plástico para sujetar los vástagos.

Formamos un enjaulado con alambres y luego lo recubrimos con plástico. Colocamos la maceta a la sombra y la dejamos tres meses en reposo.

Al cabo de este periodo de tiempo destapamos la camelia y podremos observar cómo la madera ha crecido entorno a los vástagos y éstos están sanos y a punto de eclosionar sus yemas. Tras tanto tiempo sin luz, la planta no tendrá muy buen aspecto pero en unas pocas semanas le habrán brotado nuevas hojas y su aspecto será mucho más saludable.