Cómo propagar clemátides por esquejes Artículo Publicado el 11.04.2015 por Javi

Reproducir por esquejes cualquier planta es hacer réplicas genéticamente idénticas de una misma planta. Sí, cuando reproducimos una planta por esquejes estamos replicando un clon de la planta donante del esqueje. Bueno, curiosidades científicas aparte, vamos a ver en este artículo cómo podemos reproducir o propagar clemátides por esquejes. No voy a decir que es algo facilísimo porque hay que seguir correctamente los pasos que os describiré a continuación para tener éxito. Pero es sencillo, no tiene ningún misterio sólo seguir cada uno de los pasos y verás como pronto tendrás un buen número de clemátides preparadas para adornar tu jardín con su floración.

Otra pequeña curiosidad, lo que consideramos flores de las clemátides no lo son en realidad. Las flores son diminutos racimos sin ninguna gracia especial. lo que parecen pétalos de flor son sépalos que imitan en todo a florido pétalos.

Bien pues vamos a la tarea que tenemos entre manos. La mejor época para realizar este trabajo es a finales de primavera y necesitaremos una planta con más de dos años de vida para tomar los esquejes. Cortaremos una rama de unos 90 cm de dicha planta, debe ser una rama madura y ello lo veremos porque en la zona por donde la hemos de cortar tendrá un color verde oscuro o marrón incluso. Ello denota que la rama ya ha lignificado y es apta para la misión. Los brotes tiernos son de color verde claro. Nada más cortar la rama introduciremos la parte inferior en una bolsa de plástico con una cucharada de agua.

Una vez en la mesa de trabajo practicaremos los cortes que podemos ver en la imagen superior. Obtendremos varios cortes similares de cada rama, hasta llegar a la parte más tierna de la rama, ésta no nos interesa para la propagación y la desecharemos. Aproximadamente hay que corta 1.5 cm por encima del nudo y unos 3 cm por debajo. Dejaremos sólo una rama lateral cortando la contraria.

Si la rama es suficientemente amplia podemos aprovechar ambas ramas secundarias cortando por la zona marcada en la imagen. De todos modos podemos el método principal es el descrito anteriormente. Sólo que con éste aprovecharemos mejor la rama pero repito debe ser bastante densa y tener suficiente entidad para usar ambas ramificaciones.

Impreganaremos la base del esqueje con hormona de enraizamiento para darle un empujoncito a la hora de comenzar a echar raíces. Sólo hay que introducir el extremo inferior y quitar el exceso de polvo adherido.

En una maceta pequeña, de unos 8-10 cm de lado o diámetro, según la forma que tenga y rellenada con sustrato fresco introduciremos los esquejes. En una maceta de este tamaño nos caben más o menos 8 esquejes de clemátide.

A continuación regaremos el sustrato para humedecerlo bien pero sin que el agua llegue a encharcar la tierra de la maceta.

Introduciremos cada maceta en una bolsa de plástico, las de congelar van perfectas para este trabajo. Las dejaremos en un lugar cálido y luminoso sin sol directo. Vigilaremos que las macetas conserven la humedad, las bolsas de plástico serán un buen indicador para ello. Mientras se formen gotas de condensación en la cara interna de la bolsa es que hay suficiente humedad. En 2-4 semanas los esquejes deben haber comenzado a enraizar. Será el momento de trasplantar los esquejes a macetas individuales y dejarlos prosperar y cuando ya tengan un buen tamaño plantarlas en exterior. Ésto lo haremos en primavera y mejor que acostumbremos progresivamente a la planta a su salida al exterior sacándola primero unas horas cada día y finalmente y cuando el clima lo permita realizando el trasplante a su lugar definitivo.

De este modo os aseguraréis el éxito en la propagación de vuestras clemátides. Intentadlo, no os sentiréis defraudados. Las clemátides valen la pena ya que después, cuando crezcan nos regalarán los sentidos con su bellísima floración y el elegante porte de su follaje.

Fotos: empressofdirt.net