Cómo trasplantar la glicina Artículo Publicado el 20.08.2015 por Javi

La glicinia se cultiva habitualmente como planta trepadora para que ascienda y recubra paredes y pérgolas. Pero también puede cultivarse incluso en macetas para que adorne balcones y terrazas. A pesar de ser una resistente hay que procurarle algún cuidado de más cuando la estamos cultivando en maceta. En particular será preciso cambiar a la planta de contenedor cada 2-3 años para poder darle más espacio a las raíces y así la planta se irá desarrollando mejor.

La mejor época para realizar el trasplante de la glicinia es en primavera o justo después del periodo de floración. Es la época idónea para recortar el sistema radicular de la planta y mejorar así su floración posterior.

El cepellón debe reducirse como máximo 1/3 de su tamaño dejando la parte central intacta y recortando tan sólo las raíces periféricas. El contenedor debe ser grande y sobre todo profundo. Tendrá entre 40 y 80 cm de profundidad para que la planta tenga sustrato suficiente para su desarrollo.

Bien, hemos sacado el cepellón, realizado el recorte que precisa la planta y ahora debemos también realizar una poda de la parte aérea de la glicinia. Una vez hecho todo esto instalamos la glicinia en su nuevo contenedor o en el que tenía si era suficientemente grande, rellenándolo con sustrato nuevo.

No hay que olvidarse de crear una capa de drenaje con trozos de cerámica, grava u otro material en la base de la maceta. A continuación regaremos abundantemente para que la planta se reponga del trauma sufrido. También es conveniente aprovechar el momento para fertilizar la glicinia, usaremos para ello un fertilizante pobre en nitrógeno.