Conceptos básicos sobre la polinización Artículo Publicado el 26.04.2014 por Javi
Las plantas son seres vivos que no están dotados de movimiento y precisan de intermediarios ajenos para la reproducción. Sus gametos masculinos, el polen, pueden por medio de terceros desplazarse hasta los gametos femeninos, oosfera, para realizar la labor reproductiva de la planta.
Las algas, los helechos y el musgo se reproducen porque sus gametos masculinos pueden desplazarse en el agua. Las plantas terrestres no tienen esta posibilidad por lo que sus gametos masculinos se concentran en los granos de polen y quedan a la espera de encontrar algún medio de transporte que los lleve a su destino, las células sexuales femeninas que se hayan depositadas en lo más profundo de la flor.
La polinización es el medio por el que las plantas se aseguran su reproducción sexual y será más o menos difícil según la distancia que tenga que recorrer el polen, el tipo de planta de que se trate y también según el medio de transporte del polen. El polen puede ser transportado por el viento o por insectos. Las plantas polinizadas por el viento o anemófilas tienen granos de polen muy ligeros, finos y lisos. El polen de las coníferas, las gramíneas, el aliso y el abedul entre otros es transportado por el viento. Son los responsables de las alergias estacionales que afectan a gran número de personas. La polinización anemófila se produce en una distancia relativamente corta, decenas o centenares de metros como máximo.
La polinización zoófila es la que se vale de algunos insectos como las abejas, abejorros y mariposas entre otros para el transporte del polen. Las plantas que se reproducen mediante esta polinización han desarrollado estrategias para resultar atractivas a estos animales de los que depende su reproducción, fragancia, color y alimento. La polinización zoófila puede realizarse a grandes distancias, las que pueden cubrir estos animales que en ocasiones son de varios kilómetros.
Hay plantas con flores unisexuales y plantas con flores bisexuales o hermafroditas. Y dentro de las primeras podemos encontrar las plantas monoicas que tienen flores de distinto sexo en cada individuo y las plantas dioicas en las que los individuos presentan flores de un solo sexo, precisando por tanto de ejemplares con flores del sexo contrario en una relativa cercanía para poder reproducirse.
La polinización cruzada, en la que se combinan los genes de dos individuos diferentes de la misma especie, permite la mezcla y variabilidad genética y también posibilita la hibridación en la que surjan individuos con características diferentes de los dos individuos cruzados. La autofecundación, cuando es la flor de la planta la que se autofecunda al tener los dos sexos y una configuración estructural que impide la polinización cruzada natural. Es el caso de los guisantes, las habas y los tomates por ejemplo, en los que la polinización cruzada sólo puede hacerse con la intervención del hombre.
Fotos: gerbeaud.com