Consejos para el cultivo de un huerto en la azotea Artículo Publicado el 17.06.2013 por Javi
El cultivo de un jardín o un huerto en una terraza o en la azotea de un edificio es una de las actividades más complejas y extremas que hay en el mundo de la jardinería. Es un lugar donde las condiciones climáticas son muy extremadas. La lucha contra la excesiva insolación y el viento pueden desarmar a cualquier jardinero. Pero como todos los retos de esta vida cuanto más difícil es una actividad sus frutos son mucho más dulces. Conseguir criar un jardín o una huerta en la azotea de un edificio produce una gran satisfacción.
Vamos a exponeros una serie de consejos extraídos de las enseñanzas de esos esforzados horticultores que se arriesgan a criar su huerto en uno de los lugares menos propicios para la agricultura.
Nunca dejes que tus contenedores se sequen.
Las plantas estresadas por la falta de agua son más vulnerables a las enfermedades y a las plagas y producen rendimientos más bajos que las sanas. No hay que subestimar la rapidez con que una maceta o una jardinera puede secarse cuando está situada en una azotea. Si no dispone de suficiente tiempo para regar las veces que haga falta precisará de algún sistema de riego automático.
Mueva las plantas.
En una azotea cada parte de la misma, aunque parezca increíble, tiene varios microclimas. Si a una planta no le va bien un lugar moverla hasta encontrar el punto donde más a gusto se encuentre. A medida que el clima se vuelve más cálido hay que ir moviendo las plantas de manera que estén a la sombra durante la parte más calurosa del día. Durante el verano, cuando se puede freír un huevo en el techo, elevar las macetas de la superficie del techo para reducir el calor que éste les pueda transmitir.
Protégelas del viento y del sol.
Pero sobre todo del viento, que evapora rápidamente la humedad del suelo. Cubriendo el suelo con mantillo ayudarás a retener la humedad así como a retrasar el crecimiento de las malas hierbas en el sustrato de las macetas.
Entutara las plantas.
Tutores, jaulas, cualquier objeto que ayude a las plantas a estar a salvo del viento. Sobre todo cuando están cargadas de frutos. Las únicas plantas que no precisarán entutoramiento serán las que crecen bajo tierra y las de hoja.
Elige plantas que produzcan frutos pequeños.
Las variedades de cada planta que produzcan los frutos en tamaños más reducidos nos resultarán más fáciles de proteger. Cuanto más peso carga una planta más frágil se vuelve con el viento.
Foto: bucolicbushwick.com