Cuando las agujas interiores de las coníferas amarillean Artículo Publicado el 03.12.2012 por Javi

No se asuste, todo es normal,  no se le están muriendo todas sus coníferas al unísono, lo prometo. A pesar de que comúnmente los llaman «árboles de hoja perenne», coníferas como el pino, el abeto y el ciprés Hinoki (arriba) aligeran su carga de viejas agujas al final del verano y el otoño, con un espectáculo de color amarillento o dorado que puede asustar al jardinero en un principio.

Este fenómeno no debe confundirse con el dorado en la punta o en general con color amarillo o dorado que pueden ocurrir en otros momentos, como la desecación invernal, por acumulación de sal, por plagas y enfermedades o por la cercanía a carreteras.

Es difícil creer que este fenómeno es normal pero así es, sobre todo cuando vemos el dramático efecto del amarilleamiento de las agujas en los pinos blancos. El desecamiento de las hojas es un hecho que les ocurre a todas las coníferas cada cierto tiempo y depende de las especies, de las condiciones ambientales, de la sequía, de si ha sufrido infestaciones de plagas.

Antes de buscar ayuda especializada hemos de inspeccionar a fondo el árbol, debemos identificar exactamente la zona por donde amarillean o se tornan marrones las agujas, si es de la parte interior hacia afuera. Este es un proceso natural, significa que el árbol está mudando las hojas más antiguas. Según especies esto puede ocurrir cada varios años, las más rápidas sobre los dos años y las hay que este fenómeno no se da hasta los cinco o más años.

En definitiva si el amarilleo se produce por las puntas de las ramas es cuando debemos preocuparnos y buscar indicios de plagas, infestaciones u algún otro tipo de problema carencial, enfermedades, etc. Si el amarilleo se produce por las hojas interiores y las jóvenes de las puntas están bien, estamos ante un proceso natural del árbol.

Fotos: awaytogarden.com