Cultivar cólquicos o narcisos de otoño Artículo Publicado el 28.08.2013 por Javi

Los cólquicos o narcisos de otoño son las flores que señalan el final del verano pues justo florecen en el último tramo de esta estación y poco antes de que comience la siguiente. Esta flor es típica de los prados europeos y crea un bonito efecto tapizante cuando es cultivada con la suficiente densidad. Podemos crear una frontera e incluso un tapiz que alfombre un parterre. Sus flores de seis pétalos unidos en la base recuerdan extraordinariamente a la flor del azafrán, a pesar de pertenecer ambas plantas a distintos órdenes.

El Colchicum autumnale recibe popularmente nombres tan poco atrayentes como «mataperros» y ello a causa de contener una potente toxina, la colchicina, que produce vómitos y diarrea si se consume en exceso. La colchicina se usa en medicina para tratar dolencias relacionadas con el ácido úrico.

Los bulbos de cólquico se plantan durante el verano a unos 15 cm de profundidad y con una separación igual entre los bulbos. El suelo debe tener un excelente drenaje. Si el verano es muy seco podemos regar un poco la base de las flores si no mejor dejarlas tranquilas. A pesar de su aparente fragilidad no precisan mayores cuidados, en invierno las dejaremos a su aire, aguantan perfectamente las inclemencias, sólo las tumba literalmente una fuerte lluvia. Entonces ofrecen un aspecto realmente triste.

Al final del invierno la planta se encuentra en su momento vital más bajo, es ahora cuando aprovecharemos para la desenterrar los bulbos y proceder a su división.

Hay diversas variedades, la de las flores blancas es el clásico Colchicum autumnale, también podemos encontrar el Colchicum autumnale «Gigante» que tiene unas grandes flores de color rosa púrpura que llegan a los 20 cm. Colchicum autumnale «Waterlily» que da unas curiosas flores rosadas dobles. Y el Colchicum autumnale «Lilac Wonder» con sus flores de color lila.

Fotos: gerbeaud.com