Guía de Jardinería

Cultivar frambuesas a partir de semillas Artículo Publicado el 12.07.2017 por Javi

Las frambuesas están llenas de antioxidantes, vitaminas y minerales. Son perfectas para consumir solas o añadir en batidos, bebidas o ensaladas. En estos tiempos de alimentación saludable no pueden faltar las frambuesas en tu dieta. Veamos pues cómo podemos iniciar nuestro cultivo de frambuesas simplemente a partir de sus semillas.

Aunque originario de Grecia, el frambueso rojo o frambueso europeo, su cultivo se ha extendido por todo el mundo, especialmente por el norte de Europa y América. Actualmente existen un gran número de variedades y cultivares adaptados a diferentes climas. Así según dónde vivamos podemos cultivar uno u otro en función del clima de nuestra zona.

Las semillas las sembraremos en una maceta a partir de mediado el invierno. Con una profundidad de 2,5 cm y una separación igual será suficiente. Cubriremos con una fina capa de arena y dejaremos la maceta en el garaje o el sótano, en un lugar fresco vamos. Regularmente pulverizaremos con una botella de agua con spray para mantener un buen grado de humedad. Cuando la temperatura exterior alcance los 15ºC sacaremos nuestra maceta fuera.

En 4-6 semanas las semillas de frambuesa deben germinar. Cuando hayan desarrollado sus hojas definitivas y midan como mínimo unos 3 cm de altura será el momento de transplantar las plántulas a una maceta mayor o directamente en el jardín. Es conveniente acolchar el terreno alrededor de la plántula para que el suelo se mantenga húmedo y agradable. Seguidamente regaremos abundantemente.

El frambueso rojo necesita mucho sol y calor. Lo colocaremos en un lugar donde reciba sus buenas 6 horas de sol cada día. El frambueso es mejor tenerlo alejado de otras frutas y verduras pues no suele llevarse bien con ninguna. Si plantamos varios ejemplares mantendremos una separación de 60-90 cm entre ellos. A menos que el clima sea muy seco y cálido regaremos la planta cada dos semanas. El frambueso retiene mucho la humedad y un exceso de riego hará que se marchiten y pudran las hojas.

Al menos una vez al año hay que podar el frambueso. Lo haremos sin miedo y procurando quitar las ramas secas y muertas y despejar un poco el interior para una mejor circulación del aire. A finales del invierno es aconsejable añadirle una buena capa de compost o estiércol. La cosecha de sus frutos se hace a finales de verano o principios de otoño. El momento perfecto nos lo marcan las propias frambuesas, cuando tengan su caracterísitco color rojo.

La recolección es mejor realizarla en las primeras horas del día, cuando es más difícil romper o dañar las frambuesas con la manipulación. Ya sólo nos queda consumirlas frescas o en la infinidad de recetas que hay para ello, mermeladas, batidos, ensaladas, pasteles y demás. También podemos congelarlas para consumirlas cuando queramos.


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