Cultivar habas en el jardín o en jardinera Artículo Publicado el 15.01.2015 por Carolina

El haba es una planta leguminosa originaria de Oriente Próximo que en la actualidad se encuentra por todo el mundo. Se trata de una planta anual, de tallo grueso y color verde intenso, que puede alcanzar el metro y medio de altura.

Ordenadas de manera alterna en su tallo encontramos diferentes hojas y, cuando llega el momento, una serie de flores axilares, que se agrupan en racimos cortos de 2 a 8 flores. Estas flores poseen una mancha de color negro o violeta de gran tamaño en sus alas.

El fruto del haba es una vaina de unos 15 centímetros que guarda en su interior entre 2 y 5 granos de color verde amarillento. Se pueden consumir frescos o guisados; aprovechando solo los granos o vainas y semillas en conjunto.

Existen múltiples variedades de habas en el mercado. Entre las más frecuentes se encuentran:

• Aguadulce o sevillanas (de las más tempraneras en recoger ya que su ciclo de crecimiento es breve, sus vainas alcanzan hasta 30 centímetros de longitud)
• Granadina (de semillas grandes es la que mejor resiste el frío)
• Mahón (la más resistente a la sequía pero muy sensible al frío)
• Muchamiel (suelen cultivarse a los cuarenta días de haberse plantado)

Si queremos plantar habas en nuestro jardín o en una jardinera debemos seguir las siguientes recomendaciones:

• Su siembra suele hacerse durante el invierno (si la zona en la que residimos tiene un clima suave). Si, por el contrario los inviernos son severos, debemos esperar hasta la primavera.
• Prefiere suelos arcillosos o silíceos, así como los arcillosos calizos ricos en humus.
• Tolera la salinidad del suelo, por lo que también podemos sembrarlas en zonas costeras.
• Las semillas hay que plantarlas a unos 30 centímetros de la superficie, pues tienen una raíz pivotante y debemos asegurar el desarrollo correcto de la planta.
• Desde la plantación de la semilla debemos abonar el suelo. Además del aporte cuando sembramos (propio para semillas) debemos abonar el suelo de las matas con nitrógeno (durante las primeras fases del cultivo), y con fósforo y potasio para las fases posteriores.
• Si vamos a plantarlas en jardines o huertos debemos situar las semillas en caballones y dejar una distancia total de unos 25 centímetros entre cada mata.
• Prefieren los climas templados, por lo que debemos situarlas en lugares en los que el sol caliente la tierra y donde puedan alcanzar los 20 grados centígrados.
• Deben estar siempre húmedas, sobre todo cuando se encuentran en época de floración o mientras crece el grano en sus vainas. Esto no quiere decir que haya que encharcarlas, pues podríamos acabar con las plantas. Deben situarse en una zona bien drenada.

Las principales plagas que le atacan son: el pulgón negro, algunos tipos de escarabajos y los trips del guisante.