Cultivo de crasuláceas, éxito asegurado Artículo Publicado el 14.02.2013 por Javi

El género Crassula incluye alrededor de 300 especies y muchas variedades de plantas suculentas, la mayoría de las cuales tienen su origen en el sur de África, pero también en Asia y Madagascar. Muy fáciles de encontrar en los centros de horticultura y jardinería, estas plantas le sorprenderán con sus diferenciados aspectos desde las variedades más pequeñas hasta las arborescentes de gran porte, pero todas ellas con follajes muy ornamentales. Las grandes variedades como la famosa Crassula arborescens o nombres menos conocidos como la Crassula ovata , también llamada «Jade», pueden alcanzar casi 2,5 metros de altura en condiciones ideales.

Otras son auténticas joyas, que dispuestas en interior en una maceta sobre un mueble, sorprenderá a sus invitados. Entre ellas se encuentran la Crassula Deceptor con sus extrañas y redondeadas hojas grises o la Crassula pyramidalis con su follaje dispuesto geométricamente formando una pirámide regular.

Ideales para comenzar una colección sin preocupaciones, estas suculentas altamente resistentes se cultivaran en  interior en un lugar luminoso y usaremos una mezcla que consiste en una parte de sustrato y una parte de arena de río. Se les debe procurar un buen drenaje colocando bolas de arcilla o grava en el fondo de la maceta para evitar el estancamiento de agua en las raíces, que siempre es perjudicial.

Desde la primavera hasta el verano, el riego debe ser regular y abundante. En otoño, mejor regar con moderación y dejar que la tierra se seque casi por completo entre riegos. En invierno las crasuláceas situadas en interior tendrán suficiente con un riego mensual, siempre que las tengamos en una habitación no demasiado caliente. Una vez pase el peligro de heladas se pueden sacar los tiestos al exterior, sombra parcial al principio y acostumbrándolas poco a poco al sol para evitar que se quemen. La reproducción por esquejes es muy fácil y exitosa con este género de plantas.

Fotos: gerbeaud.com