Cultivo de la espinaca Artículo Publicado el 06.03.2013 por Javi
Aunque en la actualidad hay variedades de espinacas que se pueden cultivar en todas las estaciones del año, la espinaca en principio es una planta propia de estaciones frescas. Así se puede sembrar al final del verano para poder cosecharla a principios del invierno. Con una siembra escalonada cada veinte días podemos tener una producción continuada de espinacas. Las espinacas son muy nutritivas y se pueden consumir crudas y cocinadas. Para el consumo crudo es preferible usar los brotes tiernos, su sabor es más suave, para cocinar usaremos las hojas más desarrolladas.
La espinaca precisa de un suelo muy rico en materia orgánica y es aconsejable preparar la tierra antes de comenzar la siembra. El acondicionamiento de la tierra para sembrar espinacas consistirá en un trabajo en profundidad y esponjamiento de la capa superior.
Añadiremos materia orgánica y fertilizante antes de la siembra. Durante el crecimiento de la planta observaremos el color de sus hojas, si es verde oscuro significa que la planta tiene suficiente alimento en cambio si el verde se torna muy claro significará que la planta necesita un aporte extra de nitrógeno. Hay que tener cuidado con el exceso de fertilización pues afecta al sabor de la hoja. La siembra de la espinaca se puede realizar directamente en tierra enterrando la semilla a poco más de un centímetro y dejando un espacio entre ellas de unos diez o quince centímetros. Debemos mantener la humedad de la tierra, para ello podemos recubrirla con paja u otras fibras vegetales. Los riegos han de ser regulares pero debemos evitar el exceso de agua pues las espinacas son sensibles a las enfermedades fúngicas. La recolección de las espinacas se puede hacer cortando toda la planta o sólo las hojas que vayamos necesitando, en este caso se cortarán las hojas de la parte exterior de la planta.
Vía: vegetablegardener.com
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