Cultivo de la ixia viridiflora Artículo Publicado el 14.03.2013 por Javi
La deslumbrante ixia turquesa (Ixia viridiflora) cuenta con uno de los colores más raros y deseables del mundo vegetal. Cada primavera esta planta florece con sus espectaculares flores de color turquesa. Cada tallo tiene entre doce y veinticuatro flores de precioso diseño con el centro de color púrpura y las anteras amarillas. Por desgracia esta planta originaria de Sudáfrica se encuentra en peligro de extinción en su país de origen, por lo que es difícil de encontrar en el mercado.
Proviene de la región del Cabo, en Sudáfrica y se trata de una planta bulbosa. Crece en invierno y se aletarga en verano. Los bulbos crean nuevos hijuelos cada año que se pueden separar y usar para la propagación de la planta. En la naturaleza estas bonitas flores atraen a los escarabajos que polinizan la planta.
La ixia turquesa es relativamente fácil de cultivar, siempre que se cubran sus necesidades básicas. Se desarrolla mejor en temperaturas entre 4º C y 27º C durante la temporada de cultivo que abarca todo el invierno y principios de la primavera. Durante el periodo de inactividad de la planta, en verano, hay que conservar los bulbos secos para que no se pudran. Crecen bien en maceta pero con buen drenaje. Debe recibir sol directo, salvo que sea excesivamente fuerte, y debe estar protegida de las heladas. También debemos resguardar la planta del viento ya que sus tallos florales y sus hojas son bastante frágiles.
El principal cuidado que debemos tener con esta planta es cuidar de que los bulbos no se enmohezcan y pudran. Regaremos regularmente pero la tierra no debe estar nunca demasiado mojada. Un buen recurso es rodear el bulbo de arena cuando lo plantamos para evitar que se estanque el agua cerca de él. Sus necesidades de fertilización son bajas, una o dos veces durante la temporada de crecimiento serán suficientes y mejor usar un fertilizante ligero de liberación lenta (granulado o ecológico).
Fotos: strangewonderfulthings.com