Cultivo en jardín o maceta de la margarita africana Artículo Publicado el 30.03.2015 por Carolina

Se trata de una planta de porte pequeño que produce unas flores similares a las margaritas, pero con mayor variedad de colores (desde el blanco hasta el violeta). Tal y como su nombre indica, proceden del continente africano, en concreto de Sudáfrica.

Existen muchas variedades en el mercado con distintas formas en sus pétalos, diferentes diámetros y colores. Las más populares son las siguientes: Dimorphotheca integrifolia, Dimorphotheca calendulacea, Dimorphotheca dentata, Dimorphotheca aurantiaca.

Si queremos cultivar margaritas africanas en nuestro jardín o en una maceta de nuestro balcón debemos tener en cuenta lo siguiente:

• Hay que preparar el terreno en el que vamos a instalarlas. Su sustrato ideal es ligero, arenoso, con buen drenaje y algo alcalinos.
• Puede plantarse y trasplantarse durante todo el año, aunque lo ideal es hacerlo durante la primavera.
• Para obtener ejemplares de este tipo de margarita podemos usar semillas o esquejes de otras plantas. En este segundo supuesto, debemos cortar un tallo por debajo del nudo de una hoja, introducirlo en tierra y regarlo sin exceso. Debemos mantenerlo así, sin exponerlo al sol, hasta que eche raíces.
• No soportan las heladas ni el frío.

• Necesitan mucha agua durante el verano y muy poca durante el invierno (cuando la planta parece aletargada)
• Hay que abonarla de manera periódica, al menos una vez al mes. Para ello deben emplearse abonos ricos en potasio y magnesio.
• Debemos podarla con mesura. De hecho, los jardineros recomiendan quitarle entre dos y tres hojas una vez al mes durante el invierno. Así se fortalecerá la planta. En verano, la poda debe ser más abundante.
• Se muestra muy sensible ante dos plagas: la mosca blanca y la araña roja; aunque también le atacan las babosas, los caracoles y las orugas.

Estas flores son muy preciadas en floristerías ya que con ellas se elaboran bonitos ramos de flores naturales. Si queremos confeccionar uno debemos cortar las flores a primera hora de la mañana, antes de que reciban los rayos del Sol, y meterlas inmediatamente en un recipiente con agua, pues se deshidratan con facilidad.