Cultivo y cuidados de la anémona japonesa Artículo Publicado el 14.01.2013 por Javi
La anémona japonesa o «Anemone japonica» es una planta perteneciente a la familia de las ranunculáceas. Supera el metro de altura cuando alcanza su pleno desarrollo y es una herbácea perenne con el tallo ramificado. Aunque originaria de China, su cultivo secular en Japón le ha dado su nombre. Las flores, dependiendo de la variedad, pueden ser de color blanco, rosa o rojo. Es una planta que le cuesta en principio enraizar y asentarse en el terreno, pero cuando lo consigue puede convertirse en invasora por su fácil propagación a través de sus tubérculos subterráneos.
Su cultivo se realiza en otoño y el lugar ideal para ella es uno que cuente con sombra parcial. Soporta bien distintas climatologías a excepción de fuertes sequías y temperaturas muy elevadas. Crecerá perfectamente a la sombra de otra planta más grande que le aporte sombra y frescor. Aunque en la época fría agradece el pleno sol.
Para su cultivo cavaremos la zona donde queramos plantarla dos semanas antes, añadiendo un buen aporte de abono orgánico. También procuraremos un buen drenaje del terreno. Pondremos los bulbos a remojo durante 48 horas antes de plantarlos en la tierra. Los plantaremos a una profundidad de 3 cm y con una distancia entre bulbos de 15 cm. A continuación regaremos la tierra a fondo, no debemos permitir que la tierra se seque ni que se encharque. Regaremos regularmente después de la germinación y durante todo el periodo vegetativo, aunque en este periodo podemos regar un poco menos, cada dos días será suficiente, el suelo debe conservar siempre un cierto grado de humedad.
Si la temperatura ambiente es muy baja será conveniente recubrir el suelo con mantillo o cualquier otro tipo de cobertura para evitar que descienda demasiado la temperatura de la tierra. Protegiendo las raíces del frío evitaremos sufrimientos a la planta.
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