Cultivo y uso del gladiolo Artículo Publicado el 01.06.2015 por Javi

El gladiolo es una planta herbácea y bulbosa de porte erguido y hojas ensiformes, o sea en forma de espada. Éstas arrancan todas desde el bulbo de la planta y alcanzan distintas longitudes dependiendo de los diversos tipos de variedades y cultivares que existen. Las flores nacen en los tallos florales que son mucho más altos que las hojas de la planta.

Es una planta perfecta para añadir color y elegancia a cualquier formación que tengamos en el jardín, parterres, macizos, fronteras, para macetas de ventana o cualquier otro espacio que queramos engalanar. El gladiolo es una iridácea que podemos encontrar en la cuenca mediterránea, Asia, África tropical y Sudáfrica. Donde mayor número de especies diferentes de gladiolo se pueden encontrar es en la provincia de El Cabo en Sudáfrica.

El cultivo del gladiolo debe iniciarse en primavera y para ello hemos de sembrar los cormos que es como se denominan sus bulbos. Cuanto más grandes sean los cormos que usemos mayor desarrollo tendrá la planta y su floración será más profusa. Tienen una forma más redondeada y achatada que los bulbos que conocemos de otras plantas. Buscaremos una disposición en la que puedan recibir la mayor cantidad de sol posible, el gladiolo sólo florece cuando recibe al menos 12 horas de sol diarias. El terreno debe ser más o menos arenoso y bien drenado, desde luego no tolera nada bien los encharcamientos y el exceso de humedad.

En el siglo XIX, los jardineros europeos y después los americanos se volcaron en crear un gran número de hibridaciones. Por ello será difícil no encontrar una variedad que nos guste entre ese inmenso arsenal. Tenemos lo que se llaman híbridos de flor grande, son los más habituales y suelen alcanzar un tamaño de entre 90 y 150 cm. Los híbridos primulinus que se quedan entre 45 y 90 m de altura y sus flores son bastante más pequeñas. Y por últmo el grupo de los híbridos mariposa o «nanus» con plantas que tienen una talla de entre 60 y 90 cm y flores pequeñas de entre 4 y 8 cm. Los gladiolos «nanus» proceden de las primeras hibridaciones entre variedades sudafricanas y son ideales para composiciones florales.

Durante la época de floración, verano-otoño o incluso todo el año si el clima es cálido, necesitará un aporte regular de agua, también en épocas de sequía. Al regar los gladiolos hemos de procurar no mojar la planta. La propagación se hace por los cormos que podemos desenterrar al acabar la temporada y guardarlos bien bajo tierra cubiertos de paja o en un lugar oscuro y fresco, igual que se hace con los bulbos.