Daphne cneorum: Una planta tan bella como peligrosa Artículo Publicado el 21.10.2015 por Javi
La Daphne cneorum es una del centenar de especies que componen el género Daphne. Es una planta perenne oriunda de la Europa continental donde suele crecer en áreas rocosas por debajo de los 2100 metros sobre el nivel del mar. Es una excelente planta para cultivar en rocallas y hay que tener siempre bien presente que se trata de una planta venenosa. En España se la conoce vulgarmente como torvisco de los Pirineos por ser su hábitat natural.
Se trata de una planta de porte bajo, no supera normalmente los 50 cm de altura. Las hojas son verdes, ovales, anchas y de gran tamaño; brillantes y coriáceas en su parte superior. El sistema radicular es fasciculado y muy sensible al calor. Consta de un tallo central y un gran número de ramificaciones semileñosas.
Las flores son tubulares y se agrupan en inflorescencias con forma de racimo. Su color es de un bonito rosa claro. En la época de floración, desde la primavera al verano, aparecen de forma numerosa en el ápice de las ramas y en las axilas foliares.
Por sus peculiares necesidades hemos de buscarle un lugar adecuado para su buen crecimiento. Es conveniente que la base de la planta quede a la sombra y la parte aérea reciba una buena cantidad de sol. Resiste heladas hasta los -5ºC pero tolera mal los veranos demasiado cálidos y secos. Aunque se puede adaptar a distintos tipos de suelo prefiere los frescos, húmedos, ricos en materia orgánica y bien drenados.
El riego debe ser regular y constante, sobre todo en el periodo vegetativo de la planta, pero sólo cuando el terreno esté completamente seco. El Daphne se cultiva directamente en el suelo, también se puede hacer en maceta aunque no es muy recomendable, en este último caso no la cambiaremos de maceta en al menos dos años. La siembra por semillas se hace en otoño y antes hay que ponerlas 48 horas en remojo. La reproducción por esquejes se hace entre finales del verano y comienzos del otoño. La poda será sólo de limpieza para quitar las partes secas y las hojas atacadas por algún virus.