El cardo: el pariente pobre de la alcachofa Artículo Publicado el 11.02.2013 por Javi
Originario de la cuenca mediterránea, el cardo se recolectaba en estado salvaje hasta que los antiguos romanos empezaron a cultivarlo en sus huertos. No es una de las verduras más conocidas en la actualidad pero tiene suficientes virtudes tanto naturales como organolépticas para que volvamos a posar los ojos sobre el cardo. El cardo se cultiva en Europa sólo en tres países, Italia, Francia y España. Los conquistadores españoles llevaron el cardo a América, por eso allí también se cultiva, sobre todo en Argentina.
El cultivo del cardo es muy similar al de la alcachofa, para eso son parientes muy cercanos, no soportan los fríos fuertes pero tampoco les gusta el calor excesivo. La temperatura más baja que puede soportar está en torno a los -10º C y su crecimiento se para si las noches superan los 23-25º C. El cardo (Cynara cardunculus) es una planta vigorosa de la familia Asteraceae. En cuanto a suelo solo requiere que sea húmedo y profundo pues sus raíces penetran bastante en la tierra. Necesita exposición al sol y una buena separación entre plantas, como mínimo 80 cm, hay que tener en cuenta que es una planta que puede alcanzar los dos metros de altura, aunque normalmente se poda para aprovechar los troncos tiernos. El cultivo se hará en primavera y las pencas se recolectan en otoño e invierno.
Dos semanas antes de la cosecha se envuelven las pencas tiernas con un plástico negro, unos 25 cm por encima del tronco, con ello conseguimos su blanqueamiento. Aunque luego para su consumo también hay que blanquearlo con agua hirviendo, sal y limón, tras quitar todos los hilos y la cutícula exterior. Tal vez por lo laborioso de la preparación que precisa el cardo es una de esas verduras que antaño se consumían más que ahora. Pero vale la pena recuperarla, se puede tener en un rincón del jardín o de la huerta y casi no necesita cuidado alguno.
Fotos: blog.hortik.com