El cultivo de la azalea Artículo Publicado el 15.09.2015 por Javi

La azalea es un arbusto de la familia de las ericáceas que puede cultivarse en el jardín y como planta de interior. No es de cultivo fácil pero en cuanto se conocen sus especiales necesidades tampoco resulta tan complejo. Es originaria de China y Japón, alcanza una altura de unos 70 cm y cuenta con numerosos tallos ramificados y leñosos.

Las flores en forma de cáliz se agrupan en inflorescencias que aparecen en el extremo de los tallos. Pueden ser blancas o de distintos tonos que van desde el rosa pálido al púrpura. Hay especies cuyas flores tienen una corola con cinco pétalos y otras que presentan flores de doble corola con gran número de pétalos.

Las azaleas florecen en primavera y verano y la floración precede incluso a la aparición de las hojas. Hay muchas variedades de azaleas: enanas, gigantes, de hoja perenne y de hoja caduca o semiperenne. Las variedades de hoja perenne son sensibles al frío por lo que llegado el invierno hay que guardarlas en casa donde las situaremos en lugares con mucha luz y temperatura alrededor de 10 a 15 °.

Las variedades de hoja caduca o semiperennes se cultivan en exterior, buscando siempre que queden protegidas por árboles grandes por ejemplo. En los lugares de clima frío hay que plantar la azalea en un lugar bien soleado, en cambio en las zonas de veranos muy cálidos hay que cultivarla en sombra parcial. El suelo debe ser muy rico en materia orgánica, húmedo pero bien drenado y con un pH ácido.

Las claves para tener éxito con las azaleas son usar un suelo ácido, regar mucho, a diario durante la floración y usar para ello agua sin cal. En la temporada de latencia hay que mantener el suelo húmedo pero evitando cualquier encharcamiento. Cuando las raíces asomen por los orificios de drenaje de la maceta será el momento de transplantarlas.