El riego en verano Artículo Publicado el 12.09.2015 por Javi
Cuando llega esta estación siempre se nos plantea la duda de si estaremos regando correctamente ¿riego demasiado? ¿riego demasiado poco? Lo principal es que las plantas se vean bien y que nos adaptemos al suelo que tenemos en nuestro jardín pues no todos se comportan igual a la hora de retener el agua. El riego en verano dependerá de múltiples factores pero salvo condiciones extremas de calor y plantas muy delicadas no hace falta regar todos los días. Es más puede ser perjudicial pues rompemos el ciclo natural de las plantas y producimos un lavado excesivo de la tierra.
Será mejor siempre dejar pasar unos días entre riegos, aunque sólo sean un par. Y cuando reguemos lo haremos profusamente para que la tierra se empape bien. En épocas de calor siempre es mejor regar al atardecer, la temperatura ambiente desciende y se reduce la tasa de evaporación con lo que las plantas pueden aprovechar mejor el agua.
El mejor riego es el localizado, restringiendo la zona de riego al área de goteo de la planta que es donde se encuentra más o menos su sistema radicular. Mojamos menos terreno y evitamos la proliferación de malas hierbas. Este riego localizado puede hacerse con una regadera, una manguera o un sistema de goteo. Aunque algunas plantas prefieren el riego por aspersión como la col y la lechuga. El riego depende de las condiciones climáticas, del tipo de suelo y del tipo de planta. Las plantas se dividen en tres clases según sus necesidades hídricas.
- Las que requieren gran cantidad de agua. El suelo siempre ha de estar húmedo.
- Las de necesidad media. Hay que regarlas cuando se haya secado la capa superior de suelo, sobre 4-5 cm.
- Las plantas secas o con poca necesidad. Son plantas que sólo hay que regar cuando se haya secado una capa de suelo de unos 8-10 cm.
En el caso de las verduras y hortalizas es muy importante el riego pues nos encontramos con plantas que apenas necesitan agua, el ajo, la cebolla, la patata y el espárrago por ejemplo. Y plantas con una altísima necesidad de agua como los tomates, berenjenas, melones, lechugas, calabacines…por lo que habrá que cultivar las distintas variedades en lugares diferentes del huerto.
También podemos tomar algunas medidas para tratar de reducir la evaporación del agua o al menos ralentizarla. A este efecto el mulching o acolchado es una buena práctica también en verano. Cualquier material de los que se usan normalmente nos irá bien y además frena la aparición de las malas hierbas.