Introducción al mulching o acolchado Artículo Publicado el 23.09.2015 por Javi
El acolchado o mulching es una técnica con gran tradición en agricultura ecológica y que se puede trasladar fácilmente a la jardinería. Las ventajas son muchas y se pueden usar todo tipo de materiales para llevar a cabo el acolchado.
Consiste básicamente en cubrir el terreno en el que cultivamos nuestras plantas con un material mineral u orgánico. Creamos así una cubierta protectora que nos ayudará considerablemente. Reduce la tasa de evaporación, regula la temperatura del suelo protegiendo así el sistema radicular de las plantas y ayuda a controlar las malas hierbas.
Pero también tiene un importante papel en la creación y amejoramiento de la estructura del suelo. Cuando usamos materiales orgánicos éstos se van descomponiendo e integrándose en el suelo y con cualquier material estamos facilitando la vida de la pequeña fauna que ayuda a fertilizar el suelo.
La madera triturada y las cortezas de árboles son un buen acolchado para un trabajo a largo plazo. Tardarán bastante en descomponerse pero ofrecerán un buen abrigo a insectos y lombrices.
Recortes de césped, paja, hojas y agujas de pino se degradan más rápidamente y nos darán una buena combinación entre descomposición y refugio de la fauna saludable para nuestro suelo. En algunos cultivos como las fresas la paja es de uso cuasi obligatorio.
Estiércol y compost no sólo son unos magníficos abonos orgánicos, también podemos usarlos como mantillo. Desde luego son los materiales idóneos para mejorar la calidad del terreno además de las ventajas propias de la técnica. El jardinero urbano o de contenedores tiene también un buen aliado en el papel de prensa. Recortado en pequeños trozos y mojado es fácil de usar como mulching. Además se degrada rápidamente aumentando la esponjosidad del terreno.
Los materiales minerales usados para el mulching son la gravilla, piedra triturada, guijarros o cualquier otro similar. Ayudan a mantener el terreno libre de malas hierbas y son especialmente buenos para aumentar la temperatura del suelo pues aíslan más que los materiales orgánicos.
El modo de aplicación viene a ser el mismo para todos los materiales o muy parecido. Hay que limpiar primero el terreno de malas hierbas y a continuación esparcir el material elegido. Es conveniente hacer la labor en primavera cuando el terreno ya ha cogido temperatura y repetir en otoño para proteger las raíces del frío. Crear una capa de entre 5 y 10 cm de mantillo y si se trata de material orgánico como estiércol y compost dejar un espacio libre alrededor de la planta, unos 5 cm son suficientes. Cara el invierno la capa habrá de ser más gruesa, sobre todo en zonas de clima frío, entre 10 y 15 cm.
