Jardín Majorelle, el jardín de Yves Saint Laurent Artículo Publicado el 12.06.2009 por Libelula

Si existen jardines hermosos e inolvidables alrededor del mundo, el Jardín Majorelle es uno de ellos. Ubicado en Marrakech, Marruecos; hace que la persona que se encuentre en él esté como en un sueño.

Fue fundado por el pintor francés Jacques Majorelle (1886-1962) quien, en el año 1924 adquirió la tierra en la que hoy se encuentra el jardín. Luego, en el año 1931 encargó al arquitecto Paul Sinoir un nuevo edificio donde decidió instalar su taller. Hacia 1947 abrió sus puertas al público la mejor obra de Majorelle: un jardín que contiene especies de cinco continentes distintos en el corazón de una ciudad.

Más adelante, en 1980 el modisto Yves Saint Laurent y Pierre Bergé adquirieron la propiedad y dado que se encontraba en un gran estado de deteriore, iniciaron las tareas de renovación que le devolvieron al jardín el encanto original. En lo que respecta al antiguo taller de Majorelle, se reabrió al público pero convertido en un pequeño museo que hoy exhibe una gran colección de arte islámico.
En este bello jardín, no sólo encontramos una gran variedad de plantas sino que además hay una gran variedad de aves.
Entre sus plantas hay variedades de palmeras, de cactus, bambúes, plantas acuáticas, entre otras.
De las palmeras hay una gran colección. Comprende especies procedentes de California, al este de África, la India, Las Islas Canarias, Mesopotamia y la cuenca del Mediterráneo. Durante una caminata en el jardín de la abundancia nos da una impresión de estar en un tranquilo oasis.
Los Bambúes son del sur de Asia. Son muy apreciadas por su decorativo follaje y su elegante tallo. Durante un recorrido por el jardín Majorelle podrá pasear a la sombra de un pequeño bosque de bambúes que es increible e inolvidable.
Además, otro de los atractivos es la variedad y coloridos de macetas que hay en el jardín. El azul Majorelle se combina con el amarillo limón, verde claro y el cielo azul.
Desde la creación de este jardín, Jacques Majorelle quería hacer de él un remanso de paz, aislado del exterior, no sólo por las paredes sino también por los contrastes. Se opuso al desierto que rodea a la propiedad y la llenó de una exuberante vegetación, así como también de diferentes fuentes de agua. Las cuencas, las fuentes y las alcantarillas que hay en el jardín albergan una variedad de plantas acuáticas impactantes y muy coloridas.
Sin duda es uno de los mejores jardines del mundo.