Guía de jardinería

Si queremos que el césped de nuestro jardín presente un buen aspecto, tenemos abonarlo al menos una vez al año. El abono es imprescindible para devolver al suelo el nitrógeno, el fósforo, el magnesio y el potasio que el césped necesita para su correcto desarrollo. Estos nutrientes, por lo general, se pierden tras la siega.

Para facilitar el abonado del césped, en el mercado existen máquinas segadoras que se denominan “recicladoras”. Estos aparatos trituran los restos que cortamos del césped y los devuelven al suelo facilitando con ello su descomposición y devolviendo así los minerales tomados. Es una manera sencilla y económica de enriquecer el suelo que se va empobreciendo. Como tiene poca lignina son restos que se descomponen con facilidad. También se pueden utilizar como abonos para otras plantas.

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El césped es una de las partes más importantes de nuestro jardín, y también una de las más delicadas. Sirve como base para ir componiendo nuestro espacio ajardinado y si esta base falla, todo el conjunto se resiente. Vamos a ver unos cuidados básicos para mantener el césped en buenas condiciones.

Debemos distinguir entre dos tipos de abonado:

1. El abonado de fondo, que es el que se realiza antes de plantar el césped y que servirá como reserva de nutrientes durante unos tres o cuatro meses (dependiendo del clima, a más lluvia, más se lava el terreno).
2. El abonado de mantenimiento, que es el que realizaremos para mantenerlo en perfectas condiciones a lo largo del tiempo y soportar los cambios de temperatura.

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