Guía de jardinería

Voy a prescindir de la falsa modestia y te diré que mi jardín produce unas patatas increíbles, pero este éxito no llegó sin esfuerzo. Trabajé en mi suelo durante muchos años, cubriéndolo de abono, quitando las malas hierbas y agregándole nutrientes. Solo hay una cosa con la que debo lidiar año tras año: las babosas. Muchas patatas lucen bien, pero tienen uno o dos agujeros muy pequeños. El problema está cuando se abren y se encuentran túneles perforados o babosas por doquier. Lo más molesto es que parecen atraerles las patatas más grandes, por lo que lo que parece una gran cosecha resulta ser decepcionante. Sigue leyendo para saber cómo prevenir que las patatas sean comidas por las babosas.

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Hoy es martes de Mini tips. Vamos a ver cómo evitar de forma natural que las babosas o caracoles deboren las plantas de nuestro jardín y también veremos cómo eliminarlas sin productos nocivos para la salud.

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No te das cuenta de lo que pueden comer las babosas hasta que sufres sus efectos. Son devoradores insaciables que, en circunstancias favorables, pueden devorar cantidades ingentes de verdura de hoja sobre todo. Si vivimos en una zona lluviosa o nos encontramos en el periodo más húmedo del año hay que tener muy en cuenta su presencia cerca de nuestros cultivos.

Babosas y caracoles están tan íntimamente emparejados que algunas especies pertenecen a la misma familia. Los tratamientos o medios que usemos servirán tanto para unos como para otros. Vamos a ver 10 formas de controlar la población de babosas de tu huerta o jardín. Y por supuesto puedes combinar varias para que tu lucha contra las babosas resulte más eficaz.
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Cuando las babosas y los caracoles invaden los jardines sin duda pueden causar un poco de daño ya que consumen hasta el 40 por ciento de su peso al atacar a las plantas, ya que pueden devorar hojas, raíces y tubérculos de la mayoría de las plantas. Para prevenir la invasión es importante eliminar todos los residuos vegetales y otras fuentes de alimento en contacto con el suelo, así como ladrillos, tableros y pilas de desechos en el que puedan ocultase estas criaturas.

El mejor método para eliminar esta plaga es la recolección manual y el mejor momento para hacerla es al atardecer. Caracoles y babosas tienen hábitos nocturnos y tras la puesta de sol es cuando salen de sus escondrijos para alimentarse. Ese es el momento ideal, armados con una linterna y un cubo, de lanzarnos a la caza de estos moluscos. Si actuamos así durante una semana y después periódicamente seguimos haciendo alguna salida nocturna en busca de caracoles y babosas no tardaremos en notar un considerable descenso de la población. Incluso podemos aprovechar la recolección de caracoles para prepararnos un buen festín si nos gustan los caracoles.

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Tanto a los caracoles como a las babosas podemos identificarlas con un mismo vocablo que es «limaco«. Son moluscos herbívoros cuyos hábitos son nocturnos.

Ellos tienen un pie ventral. Su cuerpo, no segmentado, está rodeado por un manto fino y carnoso, cubierto por esa sustancia viscosa que le permite arrastrarse dejando un camino brillante. Esa película de moco o baba la elaboran ellos mismos y para ello requieren de agua.

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Merecen una mención especial por la influencia negativa que ejercen sobre las plantas. Estos animales son peligrosos porque utilizan las partes verdes como alimento y una colonia relativamente pequeña puede hacer muchos estragos en un jardín.

Son muy difíciles de descubrir porque sus hábitos son nocturnos, motivo por el cual generalmente nos encontramos con la planta ya roída y sin solución. Sólo se los puede descubrir en los días nublados o cuando llueve porque el resto del tiempo – y para esconderse del sol-, se refugian entre la maleza o debajo de las piedras.

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