La cidra o cucurbita ficifolia es un tipo de planta del mismo género que las calabazas, con unas características propias que la hacen única en su especie. De origen incierto, se cultiva en climas templados de la cuenca mediterránea, del continente americano y de oriente, siendo la India, Japón y Filipinas los mayores productores de esta variedad de curcubita en la actualidad.
Al igual que ocurre con los distintos tipos de calabaza, la cidra puede cultivarse en jardines. Eso sí, debemos tener en cuenta que se trata de una planta rastrera, por lo que necesitaremos muchos espacio para que su tallo pueda crecer adecuadamente (llega hasta los cinco metros de altura) y sus ramificaciones (denominadas también zarcillos por recordar a los enganches de los pendientes) pueden extenderse varios metros desde el tallo madre e incluso trepar a los árboles colindantes. Debemos dejar un par de metros cuadrados para cada una de las plantas que sembremos. A pesar de que no son calabazas de gran tamaño, su cultivo en maceta es complicado. Para cultivo en macetas lo mejor es elegir calabazas enanas.
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