El tomatillo, Physalis ixocarpa, es la baya de una planta solanácea originaria de México y es el ingrediente fundamental de la salsa verde típica de la cocina mexicana. Aunque pertenece a la misma familia que los tomates rojos no deben confundirse. El tomatillo es verde, amarillo o morado incluso en la maduración. El tomate rojo cuando está verde no es apto para el consumo por contener solanina en alta concentración.
Para cultivar tomatillos necesitaremos una disposición soleada y un suelo bien drenado. El suelo no es preciso que sea muy rico, esta planta no es tan exigente como la del tomate rojo. Si el suelo es arcilloso y pesado será mejor cultivarlo en cama elevada o en jardineras. Comenzaremos el cultivo en interior unas seis o siete semanas antes de que acaben las heladas. En cuanto remita el peligro de éstas podemos aclimatar poco a poco las plantas al exterior. Las plantaremos con una cierta profundidad ya que alcanza una altura importante, 90 a 120 cm. La separación entre plantas debe ser la misma que la altura que alcanzarán. Procuraremos algún tipo de apoyo para las plantas, tutores o similar.
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