Los pimientos de freír son productos clásicos de nuestra cocina tradicional, aunque su origen está en Mesoamérica. Su uso está muy extendido y su utilidad es muy alta, lo que le convierte en un candidato idóneo de los huertos urbanos o de nuestros huertos de jardín. Aunque pensamos que todos los pimientos son iguales, existen cientos de variedades y sabores que cubren una amplia gama de gustos, colores y tamaños. Muchos de ellos se pueden cultivar en macetas donde pueden permanecer durante dos o tres años sin las condiciones les son favorables.
La reproducción de los pimientos se hace mediante semillas. Estas podemos obtenerlas de manera natural de alguno de los frutos que compramos en el mercado. Solo debemos retirárselas cuando lo vamos a consumir y dejarlas que se sequen a temperatura ambiente. Una vez que estén secas podemos utilizarlas.
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