Cuando nos vamos de vacaciones hay que conseguir un alma caritativa que riegue las plantas por nosotros.
Y a veces eso significa molestar a amigos, parientes y vecinos a quienes, en muchos casos, se les hace imposible cumplir con el requerimiento.
Para evitar ese problema, basta con instalar un sistema automático de riego, que consta de un filtro de malla final para purificar el agua, un control automático de riego (válvula), un caño que recorra nuestras plantas y goteros. Cada gotero puede regularse con distintas frecuencias, según la necesidad de cada planta.
Esta instalación tiene un costo medio y varpian según la cantidad de espacio a regar.