Guía de jardinería

La moderna jardinería y horticultura urbana está transformando el paisaje de las ciudades. Terrazas y patios se pueblan con plantas que muchas veces pueden sorprenderte pues te encuentras con plantas que no esperarías ver en macetas. Casi cualquier cultivo que se nos ocurra se puede llevar a cabo en macetas y vamos a ver cómo y sobre todo algunos ejemplos de originales cultivos en maceta.

El éxito del cultivo de cualquier planta en maceta se basa en unas pocas y sencillas reglas. La primera relaciona el tamaño de la planta con el del recipiente, a plantas grandes macetas grandes. Y siempre vale más pecar por exceso y que la maceta sea demasiado grande que quedarnos cortos y la maceta sea excesivamente pequeña para el sistema radicular de la planta.¡ Mirad que original combinación de plantas ornamentales y alcachofas!
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La telopea es una proteácea originaria del suroeste de Australia y de Tasmania. Se cultiva tanto en el suelo como en macetas y tiene una apariencia muy decorativa con sus peculiares flores.

El sistema radicular de la planta es tuberoso y recuerda al de las calas. La parte aérea de la telopea está formado por tallos verticales recubiertos de hojas ovaladas, de color verde grisáceo, que se distribuyen simétricamente de forma alterna.
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El género Lilium al que pertenecen casi un centenar de especies distintas es en el que se encuadran los conocidos y queridos lirios o azucenas. Las tres especies más usadas para cultivo ornamental son L.longiflorum, L. speciosum y L. auratum.

Aunque a la hora de comenzar con el cultivo de los lirios nos quedaremos con dos de las diversas divisiones en que se suelen tipificar los lirios. Nos referimos a los híbridos de tipo oriental y los de tipo asiático.
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Las campanillas o campanas son plantas ornamentales de diversos tamaños, según las determinadas especies, que se usan profusamente en jardinería por el colorido y belleza de sus flores. Las campanillas son plantas dicotiledóneas y espermatofitas que pertenecen a la familia de las Campanulaceae, anuales o perennes, dependiendo de la variedad, con tallos de longitud que van desde unos pocos centímetros de las especies enanas a casi 60 cm en las mayores.

Las hojas son de colore verde, redondeadas o lanceoladas. Las flores de las campanillas abarcan tonalidades desde el rosa pálido hasta el azul violáceo. Su periodo de floración va desde la primavera al verano dependiendo de variedades. Las campanillas prefieren los lugares semisombríos, frescos y húmedos. El suelo debe contar con un buen drenaje y no es necesario que sea muy rico, las campanillas crecen bien en suelos pobres.
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Espuela de caballero, conejitos, el Delphinium ajacis es una planta herbácea muy conocida en jardinería ornamental. El Delphinium es un género que agrupa a al menos doscientas especies de plantas a lo largo de todo el mundo. Las flores pueden ser de varios colores, desde el morado intenso hasta el blanco pasando por distintas tonalidades de lilas, azules y rosados. Generalmente los tonos azules son los más llamativos y los que más se utilizan en jardinería.

Pero ello no quita que otros colores también pueden usarse perfectamente y sobre todo cuando ves la elegante presencia del delphinium blanco, Delphinium x Elatum ‘Magic Fountain White’. Al que vamos a prestar un poco de atención en este pequeño artículo. Como sabéis todas las plantas del género Delphinium son muy rústicas y resistentes y destacan por esa larga espiga floral que acapara las miradas de cualquier visitante cuando se encuentra en plena floración. Nuestro delphinium blanco puede destacar en cualquier arriate, frontera o rocalla donde lo plantemos. Esas blancas flores con el centro oscuro asemejan una multitud de ojos que todo lo observan.
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El nenúfar, lirio de agua, ninfea o por su nombre científico, Nymphaea s.p.p. es una planta acuática conocida y reconocida por su llamativa floración. Originaria de Asia y África ha acabado recalando en estanques de todo el mundo. Es sin lugar a duda, la planta acuática más conocida. Lo que la hace una de las especies ineludibles cuando creamos un estanque, laguna o piscina natural en cualquier jardín. La ninfea necesita unas aguas tranquilas, en su medio natural siempre crece en lugares de aguas casi estancadas, y una buena base donde anclarse. Refiriéndonos una vez más a los nenúfares salvajes debemos recordar que sus raíces pueden alcanzar los 4 y 5 metros de longitud. Está claro que en un estanque va a ser difícil ofrecerle tanto terreno para enraizar por lo que adoptaremos otra estrategia.

Ésta consiste en plantar el nenúfar en una cesta en lugar de hacerlo directamente en el suelo. Preparamos una cesta de entre 30 y 45 cm de diámetro, dependiendo del tamaño de los rizomas de nuestro nenúfar. Disponemos en dicha cesta las raíces del nenúfar de forma diagonal de lado a lado de la cesta. A continuación rellenamos la cesta con tierra arcillosa que ayudará a que el rizoma quede adherido en ella. Después llevamos la cesta con el nenúfar al lugar donde queremos plantarlo, lo sumergimos y cubrimos con una capa de grava para mantenerla sumergida.
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