Guía de jardinería

Elegir una planta, comprar unas macetas o jardineras, ir al jardín o terraza, llenar los contenedores que hemos comprado con substrato. Plantar y regar. Ese suele ser el proceso habitual cuando decidimos cultivar plantas en nuestro jardín. Pero podemos ser más originales, podemos plantar lo que nos apetezca en los contenedores que queramos. Seguro que en casa o en nuestro jardín tenemos objetos abandonados, sin uso, con los que no sabemos qué hacer. Esos objetos que siempre piensas, ¿lo guardo o directamente lo tiro? suele ser el paso previo a esconderlo en el trastero, aunque sólo sea para no estar haciéndote esa pregunta constantemente. Luego lo metes en el trastero y te olvidas de él. Hasta que vas al trastero, lo ves y piensas que algún día tendrás que vaciar de trastos inútiles aquel lugar. Pero ¿porqué no reconvertir en maceta o jardinera todo objeto capaz de contener un poco de substrato?

Los niños han crecido y el carrito abandonado en un rincón espera ¿la llegada de nuestros nietos? Podemos convertirlo en un jardín rodante que podremos ir aparcando allá donde más falta haga según la estación o el momento. Éste en concreto va cargado de color, violeta cornuda, caléndulas enanas, hiedra variegada, giraso, petunias.

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Los arbustos de hojas perennes son utilizados normalmente para cubrir los límites de las propiedades formando setos. La espesura y continuidad de su follaje permiten formar barreras vegetales para impedir la visión y guardar la intimidad de los jardines. No se les suele dar mayor atención pero los arbustos de hojas perennes también pueden ser bellos por sí mismos. Pueden tener hermosas y fragantes flores que embellezcan cualquier jardín.

Hay una serie de arbustos a los que podríamos calificar de polivalentes y son aquellos que encontramos por todas partes. Se usan para formar los setos de los nuevos jardines y estamos tan acostumbrados a verlos que ya prácticamente ni los percibimos. La tuya (Thuja), la fotinia (Photinia), el laurel cerezo (Prunus laurocerasus), el durillo (Viburnum tinus), los cotoneaster y muchos otros son fáciles de cultivar en cualquier tipo de suelo y de clima.

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La ocra es una planta tropical que se cultiva como hortaliza anual. Las vainas son especialmente útiles para espesar guisos a causa de su mucílago viscoso. Las plantas de ocra son extremadamente resistentes a la sequía y el calor. Pertenece a la familia de las malváceas, como el algodón, la malva y el hibisco. Según países recibe muchos nombres, gombo, quimbombó, quingombó, molondrón y un largo etcétera.

Arriba vemos una flor de ocra, es fácilmente reconocible el parentesco con el hibisco. La ocra para su buen desarrollo necesita un suelo rico y bien drenado. También precisa calor y una buena exposición al sol. Se puede cultivar directamente en tierra o al resguardo para que germinen y luego trasplantar las plántulas. Todo dependerá de la temperatura exterior. Ya que aunque es una planta bastante resistente a las plagas es muy sensible a las heladas.

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Tal vez sea excesivo tener un árbol de navidad todo el año. Pero podemos tener este árbol todo el año dentro de casa y cuando llegue la Navidad decorarlo para la ocasión. Se trata de Araucaria heterophylla un árbol originario de la isla de Norfolk en Nueva Zelanda, de ahí que se le conozca también como pino de Norfolk y fue introducido en Europa ya en el siglo XVIII.

Su follaje es verde persistente, sin brillo y las agujas no pinchan ya que son delgadas y flexibles. Es compatible con el interior de nuestros apartamentos aunque el aire seco puede quemar unas cuantas agujas. Su crecimiento es lento, sobre todo al principio, lo que anima a tenerlo en nuestros hogares. En su ecosistema puede alcanzar los 50 metros de altura, en casa puede llegar a los dos metros dependiendo del recipiente en que esté plantado. Precisa un suelo con buen drenaje, fértil y puede soportar incluso que sea un poco calizo. De joven precisa riegos constantes, de más maduro puede soportar una ligera sequía. Mejor dejar que el suelo se seque entre riegos.

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Una manera de aprovechar el espacio es la elaboración de jardines verticales. Esta propuesta vertical es ante todo una manera muy decorativa de cultivar plantas, en este caso anuales de flor. La elaboración de la torre es muy sencilla, no tiene ninguna complicación, el material es el usual en jardinería, macetas. Vamos a ver cómo podemos plasmar este proyecto.

Para la elaboración de la torre necesitaremos cinco macetas de tamaños escalonados, si comenzamos por ejemplo con una maceta de 35 cm de diámetro las siguientes serán cada una cinco centímetros menor a la anterior, 30 , 25, 20 y 15.

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En invierno el aspecto del jardín es un tanto triste y abandonado, a la espera de la nueva temporada. Pero ello no significa que debamos privarnos de color y belleza durante todo el largo invierno. En las ventanas de casa podemos montar pequeños jardines de invierno, en macetas y jardineras. Nos aportarán color, calidez y naturaleza hasta que llegue la siempre enérgica y vital primavera.

Para montar nuestras macetas y jardineras de invierno, lo más importante será la elección de las plantas ya que deberemos escoger aquellas que tengan una cierta tolerancia al frío. Así para las flores nos decantaremos por las bianuales, como los pensamientos y las prímulas. Son flores que se han vuelto a poner de moda por su colorido, alegría y facilidad de cuidados. El mini-ciclamen también es interesante aunque su tolerancia al frío es menor. Como complemento de follaje podemos decantarnos por la hiedra, la heuchera o también por pequeñas coníferas e incluso hierbas ornamentales como la festuca o las juncias.

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