Guía de jardinería

Todos conocemos los cítricos y en los últimos tiempos se está generalizando su cultivo en maceta que permite tenerlos dentro de casa cuando el frío invernal arrecia. Como sabéis los cítricos son especialmente sensibles a las heladas.

En general no se puede decir que el cultivo de cítricos sea difícil pero sí que hay que tener en cuenta algunas particularidades y una de ellas es la facilidad para sufrir diversas infestaciones por plagas de insectos. En esta ocasión vamos a dedicarnos a las cochinillas que es uno de los insectos, en realidad varios, que suelen atacar usualmente a las diversas especies de cítricos.
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El calor además de las flores y los frutos nos trae también el renacer de los insectos. Durante la primavera y el verano es el momento en el que más fácil es que alguna plagua acabe contaminando nuestras plantas. Es el momento pues de preparar las defensas del jardinero u horticultor, defensas que mayormente se basan en productos caros y que en ocasiones pueden ser poco o nada respestuosos con el medio ambiente. Queremos presentaros un plaguicida que contrariamente a los comerciales os resultará efectivo, saludable y desde luego muchísimo más económico.

Tan económico que en realidad su coste es prácticamente cero o puede llegar a serlo. Todos conoceréis el Equisetum o cola de caballo, un peculiar y antiquísimo género de plantas que se encuentra sobre la Tierra desde el periodo Devónico, hace la friolera de casi 400 millones de años. Un verdadero fósil viviente, pues bien él es el protagonista principal de nuestra historia.
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Los erizos son unos pequeños mamíferos que viven en Europa, Asia y África, su alimentación es variada pues comen frutas, verduras e insectos. Les encantan las babosas y caracoles por lo que son unos excelentes colaboradores para el control de dichas plagas en nuestro jardín. Los erizos son muy sensibles a los insecticidas y demás productos fitosanitarios por lo que si queremos tener erizos en nuestro jardín habrá que evitar el uso de dichos productos.

Construirles una madriguera en un rincón de nuestro jardín atraerá a estos curiosos y encantadores mamíferos recubiertos de púas. Vamos a ver cómo podemos construirles un buen refugio para ellos.
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La procesionaria del pino o Thaumetopoea pityocampa es una especie de lepidóptero que abunda en los bosques de Europa Central y del sur del continente. Esta oruga es una plaga muy extendida que afecta a los pinos, a los abetos y a los cedros, aunque se conoce sobre todo por estar frecuentemente ligada a la vida de los pinos.

Las orugas (cuando están fase larvaria) presentan pelos urticantes por todo su cuerpo. Estos pelos están recubiertos de una toxina termolábil denominada Thaumatopina. Estos pelos se desprenden y flotan en el aire, lo que ocasiona irritación en los oídos, la nariz y la garganta de algunos seres humanos. Lo que les provoca intensas reacciones alérgicas que deben tratarse adecuadamente.

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Por lo general las cáscaras de los huevos que usamos en la cocina acaban en el cubo de la basura. Pero las cáscaras de huevo se pueden usar en el jardín de diferentes formas y para distintos cometidos. Las cáscaras de huevo son puro calcio y además son biodegradables. A continuación veremos cinco maneras de usar las cáscaras de huevo en nuestro jardín.

1.- Semillero biodegradable 

Tan fácil como guardar las cáscaras lo más enteras posible, con la mitad de una nos basta, rellenarlas con sustrato y sembrar las semillas que queramos. En un primer momento podemos tenerlas en lugar resguardado y cuando la semilla haya germinado y la plántula tenga un buen tamaño podemos plantar directamente en tierra, con cáscara y todo.

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Una vez más hay algo que solemos desechar y que en realidad tiene muchos usos y contiene mil y un secretos. Las cenizas de la madera que recogemos en nuestra estufa o en el hogar de la casa o incluso en las pequeñas hogueras que hacemos en el jardín para quemar los restos de las podas realizadas a los árboles y arbustos podemos aprovecharlas de muchas formas tanto para el jardín como para la casa.

Tradicionalmente en agricultura se han usado las cenizas de la madera para enriquecer la tierra. Obviamene no con nitrógeno pues no contienen pero sí con otros nutrientes. También tienen la capacidad de aumentar el pH de la tierra que resulta beneficioso para ciertos cultivos, no para todos pero sí para muchos como tomates, la vid, los frijoles, las espinacas, los guisantes y demás cultivos que requieran un buen aporte de calcio. También son muy beneficiosas para los rosales. Para todos estos casos podemos esparcir unas pocas cenizas antes de la siembra.

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