Guía de jardinería

Saber qué tipos de enredaderas podemos encontrar es muy importante, pero no menos es saber qué uso o finalidad vamos a darle en nuestro como su ubicación. Si no tenemos en cuenta lo anterior para su elección puede que terminemos cometiendo errores, perdiendo la planta o aún peor que viva en un medio que no adecuado para ella.

A las enredaderas podemos usarlas solas o en cercos. De acuerdo a esto debemos saber:

• Solas: cuando se trata de especies muy agresivas que terminan dominando a otras. Por ejemplo: Pyrostegia venusta (bignonia venusta), Podranea ricasoliana (bignonia rosada), Wisteria sinensis (glicina), Bouganvillea glabra (santa Rita).
• En cercos de diferentes especies: se plantan unas y otras a poca distancia, para así cubrir rápidamente una superficie. Debemos cultivarlas con mucho cuidado, para evitar que las ramas se mezclen las unas con las otras.

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Las trepadoras o enredaderas son de las plantas más versátiles. Éstas pueden ser cultivadas contra una pared, sobre pilares, alrededor de pérgolas, y aportan un elemento vertical clave en el diseño de nuestro jardín. Es vital saber cómo crece o trepa, y que órgano de sostén poseen. Para esto, hablaremos de los diferentes tipos de enredaderas:

• Adherentes: Se pegan con las raíces adventicias (hiedra) o mediante zarcillos (parra virgen) a las paredes. Las enredaderas de este tipo necesitan de una guía para trepar (arvejillas, pasionaria).
• De tallos volubles: Son las que se enroscan y rotan alrededor de un eje. El soporte debe de ser permanente, como espalderas o alambres (jazmín Azórico, jazmín de leche).
• Apoyantes: Producen tallos largos que deben guiarse (santa Rita, bignonia rosada). Con las rosas trepadoras, van hacia arriba ayudadas por sus espinas. Por este motivo, es necesario brindarle un soporte donde realizaremos ataduras para sostenerlas. Algunos ejemplos de este tipo son jazmín del cielo y farolito.

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Aunque en la actualidad hay variedades de espinacas que se pueden cultivar en todas las estaciones del año, la espinaca en principio es una planta propia de estaciones frescas. Así se puede sembrar al final del verano para poder cosecharla a principios del invierno. Con una siembra escalonada cada veinte días podemos tener una producción continuada de espinacas. Las espinacas son muy nutritivas y se pueden consumir crudas y cocinadas. Para el consumo crudo es preferible usar los brotes tiernos, su sabor es más suave, para cocinar usaremos las hojas más desarrolladas.

La espinaca precisa de un suelo muy rico en materia orgánica y es aconsejable preparar la tierra antes de comenzar la siembra. El acondicionamiento de la tierra para sembrar espinacas consistirá en un trabajo en profundidad y esponjamiento de la capa superior.

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Si bien puede parecer a simple vista una tarea sencilla, al hacerlo debemos tener en cuenta algunos aspectos importantes. Asimismo, hay que precisar las condiciones climáticas, suelo, herramientas, etc.

En caso de decidir plantar un arbusto ya crecido que está envasado o en terrón, debemos tener en cuenta aspectos como los siguientes:

Para plantar los arbustos es primordial sacar el envase, la paja o la arpillera que los envuelve. Si se trata de envases plásticos esta tarea debemos hacerla con cuidado para no romper el pan. Si resulta difícil sacarlo, debemos cortarlo con un cuchillo o tijera.

Si encontramos hilos o alambres en raíces o tallos, éstos son causantes de estrangulamiento de la planta. Debemos revisar las especies que vienen en arpillera porque suelen estar atadas con hilos que quedan en el pan de tierra y causarán gran daño a futuro.

Si el pan de tierra se presenta muy compactado (por lo general será el que viene en tierra arcillosa) debemos dar unos golpes para aflojar las raíces; de este modo se soltarán las del borde sin que el pan se parta.

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Como usted ya sabe, la materia orgánica es el principal e imprescindible componente para construir una pila de compost. La materia orgánica es sencillamente «cualquier material que se origina a partir de organismos vivos, incluyendo todos los animales y las plantas frescas o en cualquiera de las fases de descomposición». Pero ello no significa que se pueda echar todo tipo de materia orgánica a la pila de compost.

Restos de plantas enfermas

Por ejemplo, si usted tiene plantas que han muerto por enfermedad, déjelas fuera de la pila de compost, échelas a la basura o incinérelas (pues si acaban en el suelo de su jardín pueden contaminar sus próximas plantaciones).

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Sobre las plantas, los factores climáticos producen efectos adversos. El viento, la alta temperatura o las heladas, pueden deteriorar gravemente a las plantas sensibles. Las especies requieren de un determinado tiempo de adaptación tras la muda del vivero.

Durante ese período acondicionan los tejidos a su nuevo ambiente y las condiciones que este le propone. Es importante recordar que en el ciclo vegetativo las plantas pasan por diferentes períodos: floración, fructificación, el reposo y la dormición.

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