Guía de jardinería

No solemos pensar en el otoño como tiempo para sembrar o plantar en el jardín. Está claro que la primavera es la estación del año en la que más plantas se suelen cultivar pero ello no impide que el otoño sea el momento idóneo para llevar a cabo ciertos cultivos, vamos a ver pues qué podemos plantar en otoño en nuestro jardín.

Desde luego sembrar o plantar en otoño tiene sus ventajas, las plagas van en retroceso tras la efervescencia de la primavera y el verano. Las lluvias suelen ser más abundantes con lo que los cultivos prosperan mejor. La tierra tiene una buena temperatura y no hace falta usar fertilizantes cara al invierno.
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Para los que tienen un espacio disponible para tener un jardín, siempre buscan que sea perfecto e ideal para disfrutarlo día a día. Pero esta no es una tarea fácil. Además de los cuidados y una gran tarea e inversión inicial, requiere de nuestro esfuerzo y compromiso para lograr nuestro objeto.

Y aún cuando todo lo anterior se cumpla, hay ciertos aspectos que escapan a nuestro control. En ocasiones, nuestra realidad diaria puede limitarnos así como también las condiciones climáticas. Entonces, tener un bello jardín puede transformarse en un verdadero quebradero de cabeza. Nos falta tiempo para cuidarlo, no podemos gastar mucha agua en su mantenimiento y no siempre tenemos dinero disponible a los largo del año para todas las tareas de mantenimiento.

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Si nos preocupa el medioambiente o sencillamente estamos cansados de la gran atención que requiere tener el césped de nuestro jardín en perfectas condiciones podemos recurrir a estas plantas de bajo mantenimiento para sustituir el césped. Son plantas resistentes y que no requieren apenas mantenimiento y sobre todo no necesitan que las recortemos constantemente como el césped.

El lirope y el lirope muscari son plantas de origen asiático que crecen densamente y recubrirán el suelo de nuestro jardín en poco tiempo. Son plantas que necesitan un cierto control y que las reservemos para zonas muy concretas del jardín. Mejor si están cercadas por paredes y caminos para que no se extiendan demasiado. Y no debemos cultivarlas en zonas de paso pues alcanzan entre 20 y 40 cm de altura. Los rincones sombreados y no transitados del jardín serán perfectos para ellas.
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Si queremos que el césped de nuestro jardín presente un buen aspecto, tenemos abonarlo al menos una vez al año. El abono es imprescindible para devolver al suelo el nitrógeno, el fósforo, el magnesio y el potasio que el césped necesita para su correcto desarrollo. Estos nutrientes, por lo general, se pierden tras la siega.

Para facilitar el abonado del césped, en el mercado existen máquinas segadoras que se denominan “recicladoras”. Estos aparatos trituran los restos que cortamos del césped y los devuelven al suelo facilitando con ello su descomposición y devolviendo así los minerales tomados. Es una manera sencilla y económica de enriquecer el suelo que se va empobreciendo. Como tiene poca lignina son restos que se descomponen con facilidad. También se pueden utilizar como abonos para otras plantas.

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Un jardín grande recubierto de césped puede ser muy agradable pero cuando lo tienes que mantener con tus propias manos se convierte en una pesadilla. Además en muchas zonas geográficas mantener en condiciones una superficie con césped es un gran despilfarro de agua y otros recursos limitados. Veamos algunas ideas que nos permitirán tener un magnífico jardín sin césped o reducido a la mínima expresión.

Revestir una parte del jardín con losas de piedra no sólo eliminará una buena parte de césped sino que además nos permitirá tener un lugar para disfrutar mejor de nuestro jardín.

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Tener césped en el jardín comporta un correcto mantenimiento y los cuidados necesarios para recuperar las zonas dañadas. Es imprescindible tener en cuenta que el césped es algo vivo que va a requerir cuidados constantes y regulares. Hemos de tener eso bien claro antes de decidirnos por esta cobertura del suelo para que después no tengamos problemas. Vamos a ver cómo podemos recuperar las zonas dañadas, por el motivo que sea, de nuestro césped.

En cualquier estación del año nuestro césped puede sufrir alguna agresión, ya sea climática, por plagas o enfermedades que harán que algunas áreas del mismo pierdan su buen color y lozanía. Lo primero que debemos hacer cuando nuestro césped presente una calva o un área donde amarillee será establecer un diagnóstico. El diagnóstico acertado será imprescindible para poder llevar a cabo las acciones pertinentes.

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