Guía de jardinería

Ophiopogon planiscapus negrescens, conocida vulgarmente como hierba negra,es una herbácea perenne que puede utilizarse como cubierta vegetal con un alto valor ornamental. Su color negro tan peculiar creará un fuerte contraste con plantas verdes y flores de colores intensos.

Esta herbácea que pertenece a la familia de las asparagáceas es originaria del este de Asia en sus áreas de clima templado. Le podemos dar diversos usos, como cubierta vegetal, fronteras, rocallas e incluso podemos cultivarla en macetas. El lugar ideal para su cultivo es en semisombra, un exceso de sol puede provocar quemaduras en sus hojas. El suelo que le prepararemos debe ser rico en humus sin que sea necesario un tipo de suelo especial. Habrá de contar con un buen drenaje para que no tenga excesiva humedad.

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Tras el invierno el jardinero comienza a tener ganas de ver su jardín lleno de flores, ver que la vida retorna de nuevo en su eterno ciclo vital, pero en ocasiones uno no sabe muy bien qué plantar, vamos pues a hacer un pequeño repaso de las flores más habituales y que más satisfacción suelen producir a sus cuidadores. Anuales y perennes, de todo hay en esta selección, para que llenen de color una vez más nuestro jardín.

Las caléndulas son una referencia obligada, su explosión de color nos alegra la vista acostumbrada a la monotonía cromática del invierno y nos preparan para la luz del verano. Hay muchas variedades distintas tanto en color como en tamaño y podemos elegir la que más nos guste o se adapte a nuestras necesidades. La capuchina es otra de las flores que no puede faltar en un jardín primaveral. Así como la caléndula atraerá a los insectos beneficiosos a nuestro jardín, la capuchina en cambio ayudará a repeler a los perjudiciales. Una excelente colaboración la de estas dos conocidísimas plantas.

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No sabemos con exactitud cómo eran los jardínes de la antigua India, antes de la invasión de los mogoles en el siglo XVI, pero podemos suponerlo por diversas fuentes históricas. En el jardín clásico de la India abundaban los árboles frutales y el agua era un elemento importante dada la climatología del país. Diseñados para crear un entorno íntimo, fragante y fresco donde poder evadirse del calor y el agobio. Los mogoles introdujeron el diseño geométrico y de estricta simetría de los jardines persas. Más tarde los ingleses aportarían su estilo propio, grandes extensiones de césped, aun a costa de un elevado consumo de agua.

El jardín que hoy identificamos como típico de la India está muy influenciado por el estilo que introdujeron los mogoles. Pasarelas elevadas, canales de agua, árboles frutales, flores y altos muros son algunas de las características que introdujeron los mogoles en la jardinería de la India.

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El guisante de olor, Lathyrus odoratus, es una especie mediterránea que se caracteriza por el aroma y el aspecto colorido de sus flores. Se trata de una trepadora que precisará de tutores para elevarse del suelo aunque también hay variedades de menor crecimiento que son excelentes para su cultivo en cestas suspendidas.

Es una planta originaria de la zona mediterránea por tanto precisa de temperaturas suaves. Sus flores son muy decorativas y tienen un buen uso como flor de corte. Vamos a ver cómo podemos cultivar esta preciosa planta desde semillas en nuestro jardín.

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Las claves que debemos tener en cuenta a la hora de escoger las plantas más adecuadas para cultivar en una estructura vertical, ya sea una glorieta, un cenador o una pérgola, son el presupuesto de que dispongamos, el cultivo y el mantenimiento que precisarán. Cualquier estructura vertical, por pequeña que sea, dinamiza el diseño de cualquier jardín. Las plantas trepadoras que crecen en estas estructuras verticales aportarán verticalidad al diseño del jardín de forma más rápida que si plantamos árboles.

Pero hemos de concer las cualidades de cada planta para saber cómo se fijarán a la estructura. Las enredaderas envuelven suavemente la estructura vertical con su crecimiento helicoidal pero la hiedra en cambio se fija fuertemente con sus raíces que nacen de cada tallo. Los rosales trepadores necesitarán de nuestra ayuda para que puedan mantenerse en la estructura vertical, deberemos ir atando sus ramificaciones para que no caigan al suelo.

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Cuando nos encontramos ante un espacio en nuestro jardín donde la sombra es permanente, bajo una espesa arboleda o un denso bosque de bambú, nos encontramos un tanto limitados para cultivar en dicho lugar. Y puede que hasta nos sintamos bastante frustrados si hemos intentado previamente cultivar plantas que precisan de exposición al sol en ese espacio.

Habituadas a la falta de luz, las especies propias del sotobosque desarrollan, en su mayor parte, un follaje amplio y abundante. Esto les permite captar la luz al máximo y crean un espacio paradisíaco. Para intentar huir del color dominante, el verde, hay que jugar con las formas de las hojas y los distintos matices de verde. También podemos optar por especies variegadas que darán un toque de blanco que aportará luminosidad. Las hojas redondeadas de las hostas contrastan con las estrechas y alargadas de los helechos.

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