Guía de jardinería

No te das cuenta de lo que pueden comer las babosas hasta que sufres sus efectos. Son devoradores insaciables que, en circunstancias favorables, pueden devorar cantidades ingentes de verdura de hoja sobre todo. Si vivimos en una zona lluviosa o nos encontramos en el periodo más húmedo del año hay que tener muy en cuenta su presencia cerca de nuestros cultivos.

Babosas y caracoles están tan íntimamente emparejados que algunas especies pertenecen a la misma familia. Los tratamientos o medios que usemos servirán tanto para unos como para otros. Vamos a ver 10 formas de controlar la población de babosas de tu huerta o jardín. Y por supuesto puedes combinar varias para que tu lucha contra las babosas resulte más eficaz.
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Se llama plantas compañeras a aquellas que cultivadas juntas tienen un desarrollo mejor y más saludable. Es una especie de simbiosis que favorece a ambas partes. Esta práctica se ha usado durante siglos en la agricultura tradicional y actualmente es un buen puntal de la agricultura ecológica. Como sabéis cultivar tomates es bastante sencillo pero también es frecuente que enfermen o se vean infestados por plagas, con estas 10 plantas compañeras podréis criar unas tomateras más sanas que os darán mayor cantidad de frutos.

El clavelón (Tagetes) es una planta originaria de México que funciona muy bien cuando se cultiva junto a los tomates. Ahuyentan a gran número de insectos y sobre todo a aquellos que pueden dañar las raíces de las tomateras. Además las flores que producen son muy hermosas y mejorarán la estética de nuestro huerto.
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Conocido como helecho cuerno de ciervo, el Platycerium superbum es originario de las selvas tropicales del norte de Queensland y Nueva Gales del Sur, Australia. Pariente directo de otro helecho muy conocido y cultivado en jardinería, el Platycerium bifurcatum, son dos de las cuatro especies del género Platycerium que se pueden encontrar en Australia.

Es una planta epífita, crece sobre los árboles, aunque en ocasiones también puede ser litófitas, que pueden crecer sobre las rocas. En una primera impresión puede parecernos una caótica maraña de hojas pero sus hojas siguen un patrón de crecimiento en espiral que hace que se forme un hueco central con forma de nido. Aquí es donde recoge las hojas que caen de los árboles y los insectos que se constituyen así en su principal fuente nutritiva, sobre todo de potasio y calcio que son los que nutrientes que necesita para formar y mantener su rica fronda.
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La acerola, Malpighia glabra, es una planta perenne perteneciente a la familia de las Malpighiaceae y es nativa de América Central y del Sur. Conocida por su fruto del mismo nombre es un arbusto que alcanza como mucho unos 3 metros de altura y está provisto de un robusto sistema radicular y una parte aérea densamente ramificada.

Las ramas jóvenes están recubiertas de una fina pelusilla y tienen la corteza verde. Las ramas de más edad, sin embargo, tienen la corteza agrietada y de color marrón. La hojas, coriáceas y de color verde oscuro (de color rojizo en la etapa juvenil), son alargadas y ovaladas con los márgenes ligeramente ondulados.
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El espino amarillo o espino cerval de mar, Hippophae rhamnoides, es una planta originaria de Europa y Asia. En la costa Atlántica de Europa crece de forma natural en las áreas costeras, soporta muy bien el aire salado, en cambio en Asia Central suele crecer en zonas semiáridas. Tiene uso en jardinería como planta ornamental en parques públicos y jardines privados por sus llamativas bayas de color amarillo anaranjado.

Es un arbusto rústico de tamaño mediano, entre 1 y 3 metros de altura es la talla que suele alcanzar. Su sistema radicular es capaz de fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo a causa de las bacterias que viven simbióticamente en las raíces del espino amarillo.
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Si queremos seguir disfrutando de las flores en nuestro jardín durante el invierno no podemos dejar de cultivar el heléboro. Este género de plantas angiospermas se incluye en la familia de las ranunculáceas y cuenta con unas 20 especies. Su medio natural se extiende desde Gran Bretaña hasta el Norte de Turquía, sobre todo en el área mediterránea y de los Balcanes.

A pesar del frío florecen durante todo el invierno y aunque las flores de las diferentes variedades que se suelen cultivar en jardinería ornamental son bastante parecidas presentan una gran variación de color. Sobre todo en las variedades de Helleborus orientalis y su gran número de híbridos.
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