Todos sabemos de la importancia de incorporar frutas y verduras a nuestra alimentación, pero a veces, estas no suelen estar a nuestro alcance, pues su precio elevado no nos anima a comprarlas. Por ello, a continuación, te dejaré 5 verduras que puedes cosechar en tan solo 12 semanas, o tal vez mucho menos. ¡Toma nota!
Los cotiledones son el primer signo visible de germinación de una planta, y se caen de la planta en muy pocos días. Hay cotiledones fotosintéticos e hipogeos que, permanecen, debajo del suelo. Estas partes de la planta almacenan combustible para un mayor crecimiento y son un paso crucial para el desarrollo de las plantas. Continúa leyendo para saber más sobre los cotiledones.
Esto suele ser complicado incluso para los jardineros más experimentados. Si no conoces la diferencia entre un brote de rábano y una maleza, podrías destruirlo sin antes tener la oportunidad de cosecharlo. Sigue leyendo este post para saber cómo identificar las plántulas vegetales.
Empezar tus propias plantas a partir de semillas es una gran manera de ahorrar dinero. No obstante, llenar las bandejas de semillas lleva un tiempo y la esterilización para prevenir enfermedades también. Pero, afortunadamente, las pastillas de fibra de coco pueden utilizarse para la germinación y es muy fácil el proceso.
Es probable que no haya nada más fácil de cultivar en el jardín que la “estrella ardiente” cono se conoce vulgarmente al Liatris Spicata. Esta planta puede llegar a medir de 30 cm a 150 cm de alto. Sus hojas son tan estrechas que se parecen a las de las hierbas aromáticas y sus flores se forman en espigas altas y son, generalmente de color purpura. También existen variedades blancas y rosadas. Además de sus atractivas flores, el follaje permanece verde durante toda la época de crecimiento antes de convertirse en un bonito color bronce en otoño.
Existen diversas circunstancias que pueden llevarte a elegir plantas que aman los suelos húmedos o directamente encharcados, como por ejemplo tener un jardín en el que persisten los charcos de agua después de haber regado o tras una fuerte tormenta. Incluso puede que varios días después de las lluvias remuevas la tierra y la humedad continúe estando allí o que te topes con musgo sobre cualquier superficie. Todo esto puede suceder porque el suelo está bajo, porque hay sombra todo el tiempo, porque tu patio o jardín está cerca de un canal que se inunda cada vez que llueve o porque el drenaje es malo. También puede pasar porque riegas cada mañana, tarde o noche sin importar si el suelo sigue mojado.
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