Nos hemos acostumbrado a la jardinería y la horticultura consumista en la que compramos desde la tierra hasta la última semilla. Nos hemos olvidado de que en realidad la Naturaleza es un circuíto que se autoregenera. Las plantas no sólo producen flores y frutos sino también semillas. Las cuales, cuando se trata de plantas rústicas, o sea no híbridas, sirven para que podamos obtener nuevos cultivos.
Al respecto quisiera hacer alusión a las nuevas semillas con «copyright» que nos ofrecen algunas grandes compañías de fitosanitarios. En sus envases se especifica claramente que ellas tienen todos los derechos sobre las futuras semillas y que por tanto nosotros, los que las hemos comprado en primer lugar, no podemos recoger las semillas de nuestras plantas. Bueno, demencial. Que cada cual piense lo que quiera y actúe en consecuencia pero es triste que haya ahora mismo agricultores encausados judicialmente por haber recogido y utilizado semillas producidas por sus propias plantas.
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