Guía de jardinería

El acolchado o mulching es una técnica con gran tradición en agricultura ecológica y que se puede trasladar fácilmente a la jardinería. Las ventajas son muchas y se pueden usar todo tipo de materiales para llevar a cabo el acolchado.

Consiste básicamente en cubrir el terreno en el que cultivamos nuestras plantas con un material mineral u orgánico. Creamos así una cubierta protectora que nos ayudará considerablemente. Reduce la tasa de evaporación, regula la temperatura del suelo protegiendo así el sistema radicular de las plantas y ayuda a controlar las malas hierbas.
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Para el jardinero el conocimiento de los fertilizantes y la forma de aplicarlos es crucial. Así que vamos a dar un ligero repaso de los conocimientos básicos que todo aficionado a la jardinería debe tener al respecto. Aunque las plantas adquieren su alimento del suelo y el aire no todos los suelos contienen los nutrientes que necesita una planta por lo tanto se hace imprescindible aportarles fertilizante.

Pero los fertilizantes, sobre todo los de origen sintético, no se pueden usar sin medida. Es posible matar una planta por un exceso de fertilización. Por ello es conveniente realizar un análisis del suelo antes de usar este tipo de fertilizantes para asegurarnos de que realmente hacen falta. Al usar fertilizantes podemos decantarnos por aportar los nutrientes de forma rápida o de lenta liberación para que actúen de inmediato o a largo plazo. Generalmente la presentación en forma de granulado va aportando los nutrientes poco a poco al suelo. Los de acción rápida se presentan en forma de polvo cristalizado.
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El compostaje es un proceso único que consiste en la degradación de la materia orgánica para conseguir un abono natural de gran valor nutritivo y ecológico. Pero este proceso puede realizarse de distintas formas, vamos a ver las 3 técnicas de compostaje más habituales y que nos permitirán formar nuestro propio compost de una forma fácil y sencilla. Usualmente se distinguen dos formas de hacer compost, el llamado compost caliente y el compost frío. El compost caliente es el más habitual, sencillamente porque el proceso resulta mucho más rápido.

Veamos pues en primer lugar las dos técnicas de compostaje en caliente o rápida y después veremos la de compostaje en frío o lenta.
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Cuando nuestro jardín tiene un cierto grado de pendiente es aconsejable crear muros de contención para que el agua no erosione la tierra. Es digamos un uso eminentemente práctico pero ello no quita que también sean, los muros de contención para el jardín, un recurso decorativo y paisajístico. Los muros de contención se pueden hacer con distintos materiales y usando diferentes técnicas, veamos a continuación algunas propuestas.

No siempre hará falta ese desnivel del que hablábamos, también podemos construir muros de contención como parte de la decoración del jardín, con un fin puramente ornamental. Pero en la mayoría de ocasiones los muros de contención tendrán la misión de evitar que la tierra sea arrastrada por las lluvias debido al desnivel que presenta el jardín.
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El cantueso rizado o lavanda de jardín, Lavandula dentata, es una hierba perenne de la familia Lamiaceae que crece de forma silvestre a lo largo de la costa mediterránea. La planta, fácil de cultivar incluso en macetas, tiene un robusto sistema radicular de tipo fasciculado. La parte aérea de la planta presenta numerosos tallos herbáceos recubiertos con hojas dentadas y peludas que en la parte superior son de color verde y en la parte inferior de color gris plateado.

Las flores de la lavanda de jardín aparecen en el extremo de tallos largos no ramificados y son de color azul violáceo, tienen un ligero perfume a lavanda. Se la llama lavanda de jardín por tener sólo uso ornamental ya que no se usa para la extracción de aceites esenciales en la industria perfumera. Aunque el aroma a lavanda es más suave que en otras especies de lavándulas se puede usar perfectamente para elaborar sacos aromatizantes para colocar en los armarios entre la ropa. Siempre se ha dicho que ahuyenta a diversos insectos como los pulgones y las polillas.
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Este estilo paisajístico de nombre tan peculiar consiste simplemente en lo que se llama paisajismo inteligente o paisajes conservadores de agua. Algo tan simple como cultivar plantas que precisen poca agua o desarrollar técnicas con la misma finalidad. Resulta por tanto un estilo de jardinería ideal para lugares donde las sequías son frecuentes.

Este sería un ejemplo claro de xeriscape, con plantas resistentes a la sequía y situadas en la zona baja del jardín o por debajo de rocas, de modo que se puedan aprovechar las escorrentías de riego y lluvias.
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