La Ardisia Artículo Publicado el 25.07.2018 por Flavia

La Ardisia es un arbusto de crecimiento de lento con bayas de colores. Existen diversas especies, aunque la más fácil de encontrar es la Ardisia crenata o crispa. Esta es originaria de Japón y cuenta con hojas de color verde oscuro, largas y puntiagudas. Este arbusto siempre verde, puede alcanzar una altura máxima de 1,2 metros.

A finales de la primavera, surgen flores en forma de estrellas blancas y olorosas, de 13 mm de largo cada una de ellas, seguidas de bayas de color escarlata.

Cuidados de la Ardisia

Poda cualquier brote disperso de la Ardisia en marzo en el hemisferio norte o en septiembre en el hemisferio sur, para darle una mejor forma a la planta. Riégala regularmente desde la primavera hasta el otoño. Esto último es importante, así que tendrás que evitar que el compost se seque, porque la planta sufrirá.

Agrega un poco de fertilizante líquido al agua cada vez que la riegues. Ubica la Ardisia en un lugar con buena luz y a 21 °C. Si la temperatura ascendiera, las hojas podrán marchitarse y las bayas se arrugarán y caerán de la planta.

Planta este arbusto en primavera en macetas con compost de buena calidad. Trasplántalo cada tres años y solo en una maceta más amplia, dado que las raíces no deben contar con un espacio excesivo.

En otoño deja de abonar y riega con menos frecuencia. De todos modos, conserva la tierra húmeda. La Ardisia necesita un lugar con buena luz y una temperatura de 15 °C.

Propagación

Siembra las semillas de la Ardisia en el antepecho de una ventana o en una maceta con una bolsa plástica transparente. Siémbralas en primavera a 6 milímetros de profundidad y a 24 °C en compost húmedo. Las plántulas crecerán lentamente, y cuando lo hagan tendrás que descender la temperatura a 15 °C.

Si dejas de abonar o abandonas a la Ardisia al frío, se secará. Por otra parte, el pulgón verde puede alimentarse de las hojas y de los brotes de la Ardisia; rocíela con un insecticida para plantas de interior.