Guía de Jardinería

La glicinia o wisteria Artículo Publicado el 02.09.2015 por Javi

La glicinia es una planta trepadora perfecta para cubrir pérgolas, barandillas y terrazas. Ésta produce hermosas flores blancas y lilas que cuelgan en racimos de las delgadas y elegantes ramas. Produce dos floraciones al año, la primera a finales de la primavera y la segunda, más abundante, bien entrado el verano. Cuando una glicinia no florece o lo hace de forma muy escasa puede deberse a una falta de exposición solar o también a una fertilización excesiva o una poda inadecuada.

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La glicinia es una planta que se adapta a cualquier tipo de suelo siempre que sea rico en materia orgánica y esté bien drenado. Será un lugar bien soleado y protegido del viento, así nos aseguramos una buena floración. Debido al vigor de las ramas trepadoras es conveniente cultivarla en un punto del jardín alejado de la casa, así nos evitamos posibles daños estructurales.

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Las plantas cultivadas en macetas deben regarse regularmente solo cuando el terreno está completamente seco. Las que crecen en el suelo son menos exigentes y con el agua de lluvia pueden tener suficiente. Sin embargo el riego debe ser más frecuente en la fase de enraización de la planta y en los períodos de sequía prolongada. Cada tres o cuatro meses la fertilizaremos con un abono orgánico de liberación lenta.

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La glicina se multiplica por esquejes o injertos. Los esquejes se toman de las ramas del año al final del verano y se ponen en una mezcla de turba y arena húmeda para que enraízen. La multiplicación por injerto se lleva a cabo en primavera. Se corta un buen brote con unas tijeras bien afiladas y se injerta en la raíz de la Wisteria sinensis, después se entierra ésta. La planta de glicina puede propagarse incluso por acodo o desde semillas, contenidas dentro de unas grandes vainas similares a las de los frijoles. 

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Después del primer año, la poda debe realizarse regularmente todos los años recortando las ramas que hayan crecido ese año, mientras que a las cultivadas en macetas es mejor hacerles una poda formativa en paraguas. En ambos casos, la poda debe hacerse antes del crecimiento vegetativo. La primera poda se lleva a cabo en verano cortando las ramas del año a una longitud de 5 a 6 yemas. A mediados de invierno se lleva a cabo una segunda poda cortando las mismas ramas a una altura de 2 -3 yemas.


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